Ayer, tras varias horas de sesión, el Senado de la República, aprobó en general la Rendición de Cuentas elevada por el poder ejecutivo. Mientras el oficialismo la votó afirmativamente, toda la oposición se alineó por la negativa. El argumento para que blancos, colorados e independientes, se opongan a esta rendición es su carácter deficitario que alcanzaría a la impresionante cifra de 250 millones de dólares, lo que aumentaría el déficit fiscal que ya vive el país.

Por lo tanto, observan con lógica, es un presupuesto desequilibrado, deficitario, que habrá que financiarlo con más deuda externa, que de una u otra forma pagarán con su esfuerzo, todos los uruguayos. Lo malo, es que la deuda externa está llegando a un récord histórico, nunca antes alcanzado, desde que en 1830 se constituyó el país.

La oposición, apunta a que lo que no se dice. Es que lejos el gobierno de hacer un esfuerzo por achicar el déficit fiscal se limitó a financiar 100 millones de dólares: 50 para la educación y 50 para otros rubros menores, con la creación de nuevos impuestos. Para ello dispone aumenta la tasa consular , lo que llevara al aumento de precios de todo lo importado que se vende y consume dentro de fronteras y se complementa con un impuesto a determinados juegos de azar, que no pagara la Banca de Loterías y Quinielas, sino el apostador. Para el resto, se seguirá tomando créditos y por lo tanto endeudándose, lo que lleva a aquel simple pero sabio refrán de “pan para hoy, hambre para mañana”…

Si ya somos un país caro, donde el peso del Estado complica, con esta rendición de cuentas la incidencia interna, para el bolsillo de la gente, será mayor. Porque se seguirá gastando mas de lo que se recauda y todos sabemos que alguien debe pagar ese faltante. Y Juan Pueblo, ya tiene amplia y notoria experiencia en ello. Todo lo que se suma a los notorios desaguisados con pérdida de millones y millones de dólares, por donde se mire. Los legisladores del oficialismo, reconocen que hay un aumento del gasto, pero ello lo justifican con el argumento de que de esta forma, se podrá cumplir con lo que se había comprometido el Frente Amplio en este tercer gobierno nacional.

El argumento con que se justifican es que el ministro Astori dejó en claro que el aumento real del gasto, es “solo”, del orden de 172 millones de dólares: 100 que están previstos para aumentos destinados a la educación, vivienda, seguridad y al Sistema de Cuidados; los restantes 72 serán asignados a rubros prioritarios: 62 para la ANEP y UDELAR y 10 para comenzar a pagar la deuda contraída con los funcionarios judiciales, especialmente con aquellos que acordaron con el Poder Ejecutivo. Con dichos aumentos se podrá cumplir con la promesa electoral de llegar al 6 % del PBI, en el presupuesto a la educación en el 2020. La gran diferencia radica en que la oposición entiende que hay un déficit acumulado peligroso, mientras que el gobierno entiende que hay un déficit manejable.

La apuesta del gobierno, es muy optimista y se basa en que los macro números de la economía nacional están mejorando, a lo que se suma a una inflación a la baja, el desempleo estancado y las exportaciones en aumento.Dentro del paquete aprobado en esta Rendición de Cuentas, se encuentra el denunciado artículo 15, que habilita al Estado a postergar el pago de las sentencias judiciales si estas superan los diez millones de dólares. Medida, anticonstitucional por donde se mire, que reafirma el profundo desprecio de la izquierda populista gobernante, por las normas legales, por la separación de poderes y por el cumplimiento de las sentencias judiciales.

De esta forma, este tercer gobierno del FA, apunta a seguir los modelos populista de Rousseff y del kirchnerismo que en su política de mano abierta, insisten en seguir aumentando el gasto populista y a patear para adelante los problemas de infraestructura y los problemas sociales. Pero, con el endeudamiento externo creciente, y sin freno en el gasto, simplemente se está jugando con fuego, porque el voluntarismo nada garantiza.