Un gran generador de trabajo en nuestra comunidad es la UTU, o las Escuelas Técnicas dependientes del Consejo de Educación Técnico Profesional. En su momento, el ex intendente Ramón Fonticiella, se apoyó mucho en esto y así varios de los que hoy son funcionarios municipales ingresaron a través de pasantías que implica el amparo de un organismo como el educativo, dependiente del Consejo de Educación Técnico Profesional, y a su vez incorporar gente con niveles de capacitación importantes y específicos.

En ese marco recordamos el acuerdo para que estudiantes avanzados de la tecnicatura en Turismo trabajaran en la mini terminal de Termas del Daymán. Así UTU puede replicar en todas las áreas. Además hay que desterrar aquella idea de que UTU forma mecánicos y carpinteros, el abanico es enorme, la capacitación de nivel y además tiene planes para rescatar muchachos que han dejado el sistema educativo, como los FPB, Formación Profesional Básica. UTU es siempre una apuesta a mejorar los niveles de conocimiento para un mundo que los demanda a cada rato. UTU tiene enormes campos de acción para miles de jóvenes y las empresas y los organismos públicos deberían mirar más a esta notable expresión de nuestra educación para nutrirse con sus cuadros.

En el Uruguay la enseñanza de nivel Secundaria expulsa a miles de estudiantes cada año. Se reciben un tercio de los que entran cuando en otros países de América Latina nos llevan ya, acá, en nuestro continente, enormes diferencias porcentuales. Frente a eso no cabe otra que aceptar la realidad, intentar cambiarla, pero a su vez apostar a la inclusión de UTU. Es un verdadero puente al desarrollo que ha luchado con estigmas que por décadas se generaron como que allí iban lo que no podían ingresar a la Universidad de la República. Cuando los técnicos de UTU trabajan en todo el mundo en tanto tenemos muchos universitarios desocupados. Las empresas privadas saben el valor de los técnicos que generan, pero también es clave que valoren incorporar muchachos en sus últimos años aprovechando las franquicias que para empleo juvenil brinda hoy la legislación y también las pasantías que UTU plantea y que permiten un seguimiento técnico de los estudiantes y un intercambio fluido entre el mundo del trabajo y el mundo de la educación. Algo que no siempre funciona y que el pedagogo y sociólogo argentino Juan Carlos Tedesco ha denunciado tantas veces en varias de sus obras.

Además hay que agregarle otro ingrediente que sale de la formación específica. Lógico que si una empresa constructora toma gente le servirá más los que hayan hecho los cursos respectivos en la UTU, ni hablar. Pero también hay que pensar en la formación integral de la UTU. Y es generar personas que siguen apostando a recibir conocimientos, que tienen disciplina de trabajo, materiales transversales a la carrera específica como Sociología, Psicología, Idioma Español, Alfabetización Laboral que van ayudando a formar personas íntegras que aceptan su valor en la sociedad y están dispuestas a apostar a la formación constante. Pensemos en que muchos de los que se han formado en las Escuelas Técnicas del CETP hoy son docentes en su misma casa de estudios, amén de tener su propio taller, o hacer trabajos particulares o forma parte de empresas que los toman como referencia. Muchos de esos egresados tiene multi empleo y uno es la educación que los reafirma en su vocación de brindar y seguir formándose.

También los medios de comunicación debemos apostar a difundir las actividades de las Escuelas Técnicas para que la comunidad sepa lo que se hace, lo valore y lo tome como la opción que es y que tanto sirve y le ha dado a la formación y la inclusión social en nuestra comunidad.