Luego de una semana de publicaciones sobre la venida Luis Zazano a nuestra ciudad para dar una charla a la comunidad sobre Familia & Wi-Fi,  finalmente llegó el momento del encuentro personal con joven sacerdote en la Casa Diocesana en conferencia de prensa.

Googleado el personaje siempre salía a la luz las fotos de un sacerdote con sotana negra tradicional, desde el principio se pensó que se trataba de un joven exponente del tradicionalismo católico argentino.

Primera sorpresa, el encuentro con un hombre jovial, simpático, canchero, humilde y a pesar de sus pocos años,  lleno de seguridad en lo que hacía y promovía desde su experiencia personal. Es así que LA PRENSA, junto a grupo de periodistas gráficos, con Zazano. Sacerdote diocesano de la ciudad de Tucumán, de la  Archidiócesis de Tucumán, de apenas 33 años de edad, ordenado hace seis años, o sea que fue cura a los 27, partidario  de Atlético Tucumán, el cuadro que recientemente le ganó a Peñarol por la copa Libertadores de América, hecho que recordó perfectamente. Vestido de negro pero sin sotana, que era de la única manera que lo habíamos visto por internet, mantuvo una amena charla variada con los periodistas presentes en el preámbulo de la conferencia. Dijo que la sotana que solía usar era por comodidad, además en su tierra natal hacía más frío que en Salto, nada había en su uso que significara una postura doctrinaria tradicionalista.

Había comenzado su actividad pastoral a través de la redes de casualidad y fue sorprendido por la viralización y popularidad. Afirmó la importancia de los nuevos modos de comunicación y evangelización, se mostró hincha del Papa Francisco, su coterráneo jesuita al que conoció personalmente en Roma y alentó en su trabajo como predicador electrónico.

Dijo que la actividad en redes sociales comenzó en el 2012, a través del Movimiento de Jóvenes “Apóstoles de Lourdes”. Trabajaba con jóvenes pero fue trasladado a un lugar medianamente lejano por lo cual las reflexiones diarias las empezó a realizar, casi por accidente a través de un mensaje de Whatsapp. Será por inspiración divina, pero le mandaron un chiste, una broma por la red y así nació la actividad, se le ocurrió enviar el audio con la meditación del día del evangelio por el celular e inmediatamente comenzó a viralizarse.

De la red cerrada, saltó a otra persona y a otra persona y así se multiplicó. Por supuesto que no se dio cuenta del hecho enseguida pero empezó a darse cuenta de la dimensión de la cosa cuando empezó a escuchar felicitaciones públicas por sus sermones en la calle.  ¡Buenísimo el audio que mandaste ayer! Le decían al caminar  y en el ómnibus.  Tuvo una difusión impresionante. En Whatsapp, en Facebook, en Instagram, en Twiter la meditación diaria partió de las montañas de Argentina a todo el mundo y todo desde su celular. Afirmó que en 2013 ya se contaban sus seguidores aproximadamente en más de 2 millones de personas. Lo llaman de todos lados, le piden los audios, de EE.UU en Norteamérica, del Qatar en Medio Oriente y de China en Asia. Hay gente que reclama sin falta los audios para traducirlos a los idiomas locales y retransmitirlos, se levantan temprano –según los usos horarios- para hacer el trabajo.

Admitió estar encantado con el éxito de sus mensajes y dijo que -paradojicamente-  entendía ese mecanismo particular de comunicación como el de los primeros cristianos. El audio es el camino para acceder al mensaje cristiano por encima de fronteras e iglesias, en su propia casa e intimidad. Confirmó que Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, lo había alentado en su momento, toda esta movida tiene su sello de apertura y modernidad. Dijo que se trata de audios de máximo cinco minutos y que son producto de su experiencia personal y propia, no eran producciones teológicas literarias. Admitió sin embargo que tenía algún método y forma los mensajes para que fueran fáciles y entendibles, por ejemplo, el texto sintético solía estar ordenado por puntos  (por ejemplo, punto uno, punto dos, punto tres y así sucesivamente) y además lo escribía previamente, para luego leerlo coloquialmente.

Primero fue un ciclo denominado Reflexiones 2.0 desde Tucumán, luego fue La Palabra en Voz desde la Iglesia de Uruguay y ahora son los Misioneros Digitales, integrados por misioneros y laicos para propagar la buena nueva de la Iglesia Católica. Precisamente es el movimiento de La Palabra en Voz y  Encuentro Matrimonial Mundial que propician que que el padre Zazano puede llegar a Salto, la segunda vez que viene a Uruguay. Hay en la versión uruguaya varios sacerdotes conocidos de la diócesis como el padre Guillermo Buzzo, mucho tiempo asignado la parroquia San Juan Bautista de Salto así como también el Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo.

El padre Zazano confesó que ya no le quedan página en su pasaporte y que ha viajado por todo el mundo, por EE.UU, España, Italia, Honduras, El Salvador, Brasil brindando conferencias y haciendo trabajo pastoral. Se definió como un cura normal, con el trabajo cotidiano de todo religioso. En su comunidad y parroquia, era docente en la Universidad Nacional de Tucumán y en la Universidad Santo Tomas de Aquino en materias tales como Psicología, Doctrina Social de la Iglesia y Ética en Medios de Comunicación.

Se puede acceder a sus audios a través de www.misionerosdigitales.com. La suscripción es gratuita. Finalmente dijo sin ningún prurito que sus actividades estaban financiadas por publicidad que aparecía en los portales.

A la noche celebró misa en el Templo Catedrál-Basílica junto a sacerdotes y diáconos de la Parroquia San Juan Bautista. Llena de fieles, matrimonios y gente joven que se acercó a la celebración que resultó multitudinaria, extraña a un día de semana corriente en la liturgia católica. La expectativa cumplida por parte de los fieles salteños con la modalidad del joven sacerdote que llevó adelante la misa con mucha soltura y pasión, brindando la palabra eucarística con simpatía, anécdotas y cuentos. Al finalizar, sobre las 20:00, se realizó en el mismo lugar la charla prevista sobre Familia y Wi-Fi que el padre Zazano suele brindar. La enorme mayoría de la gente que había concurrido a la misa se quedó para escuchar las palabras del sacerdote argentino.