Un contrapunto inútil y desagradable es lo que pasa cuando denunciamos la cantidad de procesados y/o denunciados entre progresistas y multicolores. “Siga el baile, siga el baile, el verso tradicional de la Canción de Alberto Castillo es un ejemplo de ello. Primero es la demagogia de la verdad, como decía Jorge Batlle. Los progresistas militantes dan cuenta de la cantidad de procesados y denunciados de este gobierno de coalición nacional, oportunistas de la desgracia ajena.

De manera pues que hay una pandemia y hablan pestes de la gestión sanitaria gubernamental. Hay una seca, y se rasgan las vestiduras de las políticas de emergencia tomadas por las autoridades. Hay crisis cambiaria con Argentina y ponen el grito en el cielo por las medidas propuestas por el poder ejecutivo. Hay emergencia hídrica para la zona metroplitana y escandalizan e interpelan rabiosamente. En todos los casos se hizo razonablemente lo que pudo; ¿fue insuficiente? es posible, ¿quizás mejores?, es probable, pero quietismo, indiferencia, falta de interés y solidaridad nunca.

Sinceramente digo que en comparación con presente período los tres gobiernos frenteamplistas están llenos de delincuentes y criminales. Si, así nomas. No hay manera de comparar, el tipo de crímenes y la persecución de la justicia, la disposición de las autoridades para dar paso y trámite a las investigaciones pertinentes del momento. En algunos casos no pasó nada más que de las sospechas bien fundadas pero nunca llegadas a buen puerto. El poder de turno hizo lo debido para proteger a los suyos y barrer la mugre por debajo de la alfombra.

Es la primera y frontal diferencia que pongo a la consideración con respecto a lo que sucedió, sucede y sucederá en el gobierno multicolor. De todos los casos que salieron a la luz pública en los últimos tiempos, el gobierno nacional no incidió para nada en los procedimientos de fiscales y jueces. Incluso en el caso particular del Jefe de Seguridad de la Presidencia, Alejandro Astesiano, de largo servicio y lealtad a los Lacalle, se abrió la puerta a las investigaciones y se dejó libremente la actuación de la justicia competente. Gran diferencia con cuestiones similares sucedidas en el período progresista cuando el poder estaba al servicio de sus amigos y cómplices, con la indiferencia, el silencio o la complicidad desde la posición de los poderosos. Incluso clamaron por las inocencias de cada caso aduciendo la complejidad de las leyes ajenas a la justicia progresista. Como siempre, siempre sucedió así…

Los hechos relacionados con la Ministra de Vivienda Irene Moreira son un modelo de moral izquierdista puesta en marcha fuera de contexto. La ministra no hizo nada ilegal sino discutible. Pero yo digo que si una Ministra no tiene poder y facultades para discernir para la entrega de una vivienda, entonces ¿de qué estamos hablando? Si fuera el caso los frenteamplistas en sus años de oficialistas cuentan con más de 70 adjudicaciones en esta modalidad. ¿Así que un ministro de izquierda y progresista puede dar una vivienda a su antojo y otra ministra republicana y multicolor no puede hacerlo de la misma manera? Sin duda, es la doble moral de la retórica del Frente Amplio.

Pero además, los sucesos con el vicepresidente de la República Raúl Sendic, fueron una vergüenza mundial que terminó renunciado y posteriormente procesado por múltiples delitos. Pero lo más trágico para el mito de la izquierda no fueron crímenes complejos sino el dinero mal habido y peor distribuido, nada menos que el maldito dinero y el poder tan denostado por el progresismo vernáculo. Sendic fue perseguido y condenado por manejo fraudulento y gastos innecesarios en sus gestiones de gobierno, muy mala imagen para la izquierda moralista.

Pero hay más, senadores, diputados, ministros, directores, secretarios, viajando con sus amantes, tomando whisky importado en aviones contratados, haciendo fiestas pantagruélicas, inversiones millonarias fracasadas, prendiendo velas al socialismo, generando un déficit fiscal grandioso, aumentando la deuda nacional, traicionando la tradicional postura de la modalidad santurrona de la izquierda mundial y nacional.