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La creciente inseguridad que vivimos, nos lleva muchas veces a pensar o intentar que todo se resuelva de la forma más dura y en algunos casos se maneja la cadena perpetua, como también la pena de muerte o bajar la edad para formalizar, dependiendo de los delitos. La realidad nos muestra que más allá de penas más fuertes o duras, como le guste llamar, no ha bajado los delitos, aunque generalmente los números, esos que siempre cierran o nos muestran que bajan y seguimos en ese mundo cada vez más “encerrados”. La inseguridad no es de ahora, sino que con los años y las nuevas herramientas se hizo más visible, como también mucho más utilizada en los ámbitos políticos.

Es que el miedo, siempre es un elemento a tener en cuenta y vaya si puede cambiar la mirada del ciudadano común, a la hora de elegir. El miedo es un elemento que siempre está presente y que en algunos casos, nos criamos con aquello del “viejo de la bolsa”, que nos iba a llevar cuando chicos o mirar debajo de la cama, por si no había nadie. Para quienes peinamos algunas “canas”, podemos contar de estas anécdotas a montones y era por estar seguros o dormir tranquilos. Claro, que también podemos decir que en otros tiempos, dormir con las ventanas o puertas abiertas, sobre todo en los veranos caliente de nuestro Salto, era común. Pero el crecimiento en habitantes fue llevando que las ventanas comenzaran a cerrarse y las puertas pasarles llave, para estar más seguros, que nadie se llevara o intentara hacerlo con lo ajeno.

Todo ha ido cambiando y a fines del siglo pasado, llegaron las rejas para tratar de dormir más tranquilos, aunque tampoco fueron lo suficiente  fuertes para frenar a los malvivientes, como también el crecimiento del consumo, que cada vez se fue haciendo más problemático.

Leyes que el legislador vota y se piensa que puede cambiar en algo, aunque vemos que los robos, entre otros delitos, siguen estando, además de creciendo en número, algunos se denuncian, mientras que una gran mayoría no se hacen, por entender que el valor de lo hurtado, no da para perder ese tiempo en realizar la denuncia, que muchas veces quedan en “aguas de borrajas”.

Pero vivimos en un mundo donde los delitos siguen avanzando y caso contrario tratamos en encontrar la manera de ponerlo en la cartelera, aunque a simple vista sabemos que son parte de nuestro diario vivir.

Cada vez con más leyes, que en su gran mayoría el ciudadano común no las conoce, a no ser que en algún momento le toque pasar por una situación y en ese instante puede darse cuenta de la misma.

Después de las rejas llegaron las alarmas, que también fueron parte para intentar frenar algunos delitos y el sonido, que muchas veces nos sorprendió en el descanso de la madrugada o en horas del día.

El ciudadano común en muchas oportunidades señaló, “cada vez vivimos más encerrados y los delitos continúan como si nada”, frases de finales del siglo pasado, como de inicio del XXI. Basta hacer algo de memoria y nos vamos a dar cuenta que este tipo de situaciones las hemos vivido en algún momento, claro, que para aquellos que suman la mitad del siglo pasado y el cuarto que llevamos de éste.

Para quienes son de este nuevo Siglo, lo que contamos, puede resultar algo que no es tan así, ya que hoy están acostumbrados a las nuevas herramientas y hoy se pide cada vez más cámaras, aunque los delitos siguen “campeando” en la sociedad, incluso algunos muy “violentos”.

Los números o cifras que hoy manejan los gobernantes, hacen que algunas declaraciones comparen datos, que realmente deberían dejarlo de lado, ya que no importa si es uno o cien, sino tratar de que los mismos no ocurran, pero la realidad nos va mostrando que es algo cada vez más complicado, sobre todo por la división que hoy estamos viviendo, que cada vez se hace más grande esa brecha.

La seguridad es un tema que seguramente estará instalado en este año que es electoral y donde cada uno trata con su “barita mágica”, brindar soluciones o a través de penas más duras o también con los que son las nuevas herramientas, que nos permite ver, muchas veces en vivo, los sucesos violentos o de robos, entre otros.

Es que llegaron las cámaras, que sirven para identificar en algunos casos y castigar a quienes son parte del delito.

Aunque la realidad nos sigue mostrando, que cada vez vivimos más encerrados y vigilados, mientras que los delitos de mantienen, con cárceles que cada vez quedan más chicas. Desde las viejas cerraduras, los candados, las rejas y hoy las cámaras, mayor presencia policial, mayor castigo a los delincuentes, mientras el miedo sigue “campeando”. Mientras tanto los años siguen pasando y hoy con lo que son las nuevas herramientas, saben hasta donde llegas o estas. Realidades. Ayer estábamos encerrados y hoy vigilados por las cámaras que cada vez están en los distintos rincones de la ciudad. Habrá que esperar que en este año electoral, cuales serán las promesas, mientras que yo, por las duda voy a mirar abajo de la cama.

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