Anotaciones Callejeras
Un comerciante de Salto, que tuvo su pequeño emprendimiento casi cuatro décadas, está amargado con la jubilación que le tocó en suerte, o en mala suerte.
El hombre aportó 39 años y ocho meses y se jubiló con $ 17.500, que ahora "rascarían" con algunos aumentito los $ 17.800. Dice que entiende es una escasez debido a que nadie puede vivir con eso. Lo que se puede decir es que seguramente su aporte fue el mínimo, aunque suena a injusticia de fondo. Agreguemos que por ejemplo una persona que se pensionó por haber llegado a los setenta años anda en 16 mil y algo, lo que a todas luces es insuficiente, pero si miramos con lupa uno aportó toda la vida y el otro nada, por lo que no deja de ser complejo pagarle lo mismo, miserias en todo caso, a quien honró su trabajo con aportes que quien no. En todo caso el pensionista debería ganar algo más y el jubilado mucho más.
Salto comienza a extenderse, como ciudad, hacia un lejano Este quizás por varios motivos, uno el costo de los terrenos en los lugares más apetecibles. Por ejemplo, la zona del Hipódromo Salteño, que era solo de chacras y casas quinta pasó a ser objeto de familias que quieren su finca con espacios pero no todos son chacreros. Eso llevó a que se lotearan terrenos por aquellas avenidas como Ferreira, Trillo, Defensa, haciendo que muchos se radicaran por esa zona.
Eso generó que las calles se deterioran más rápido lo que hace necesaria alguna intervención municipal en ese marco. El otro tema es que empezaron a parecer los amigos de lo ajeno, por lo que los vecinos se han organizado e implantado carteles de "vecinos en alerta", que genera que se junten y a través de grupos de redes sociales se avisen cuando ven visitantes que no son conocidos, muchachos merodeando sin mucho sentido, salvo hacer alguna fechoría.
Muy alicaído todo es lo que informan quienes han estado por Termas del Arapey, con el hotel municipal clausurado hace años, piscinas cerradas, calles con pozos. Realmente mucho para hacer y buscar captar turistas que generan corrientes de visitantes que muevan todo. Lo que sí se da es por ejemplo excursiones de la Empresa Núñez que traen gente de la capital y toda el área metropolitana a los hoteles privados en frecuencias que se repiten durante todo el año pero que usan sobre todo los enclaves fuera de la parte municipal. Una pena pues se van perdiendo lugares que a la larga generan trabajo, algo que Salto tanto necesita en todos sus ámbitos.
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