Las calles de adoquines
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Por Leonardo Vinci
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joselopez99@adinet.com.uy
El edil del Partido Nacional, Facundo Marziotte, se refirió recientemente en la Junta Departamental al estado de las calles de adoquines, tema que nos ha ocupado en reiteradas oportunidades. Dijo en su oportunidad que «la solución no necesariamente debe ser sacar los adoquines. Todas las ciudades del país logran conservar parte de sus calles adoquinadas. Son el alma de la ciudad y prueba de lo lejos que hemos llegado. Pero esto no puede entorpecer la vida y el trabajo de los miles de salteños que deben transitar por el centro de la ciudad».
Sobre el particular corresponde señalar que aún hoy, algunas calles salteñas adoquinadas nos traen el traqueteo de una ciudad que andaba a otro ritmo, más lento. Hay quienes las transitan con nostalgia, otros con incomodidad. Huellas de una historia que se escribió vertiginosamente, y que, como Salto, no se detiene.
Debemos señalar que esas pocas cuadras fueron declaradas “Patrimonio Histórico” de acuerdo con el Proyecto de Decreto que presentamos el 8 de enero de 2001. Recordemos que, tras su estudio, la Comisión de Cultura se pronunció favorablemente, aconsejando su votación afirmativa.
Puesto el Proyecto a consideración del Plenario pocas semanas después, la Junta Departamental aprobó la norma propuesta.
La Intendencia, preservando “la originalidad histórica” comenzó los trabajos en una de las calles de adoquines “tendientes a realzar el valor histórico de la misma y facilitar un normal flujo de tránsito vehicular y peatonal”. Sin embargo, las obras no lograron recuperar el nivel original de la calle. Hoy por hoy, las pocas cuadras de adoquines declaradas de “Patrimonio Histórico del Pueblo de Salto” se encuentran en mal estado.
Los conductores se quejan porque el tránsito no es tan fluido como fuese deseable. Hasta se escuchan algunas voces que reclaman el fin del adoquinado.
Sin embargo, en las grandes capitales del mundo como Buenos Aires, Roma o Nueva York, los adoquines gozan de buena salud. Uno de sus secretos está en la firmeza de la base y para que la colocación resulte exitosa es necesario que manos experimentadas hagan lo suyo.
Tal vez sea hora de contratar a quienes han demostrado internacionalmente conocer al dedillo la técnica del adoquinado para que podamos volver a estar orgullosos de nuestro Patrimonio Histórico.
Si en las grandes ciudades del mundo conservan las calles de empedrados, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros? Por lo antes dicho, nos parece muy oportuno el planteo del mencionado Edil
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