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En Uruguay, el bienestar animal está regulado por una fuerte legislación que va más allá del simple cuidado de las mascotas. La Ley de Bienestar Animal no sólo trata de garantizar el trato adecuado de los animales, sino que también impone sanciones a quienes no cumplan con estas responsabilidades. Conocer estas normas es esencial para cualquier persona que tenga un animal bajo su cuidado, ya que las consecuencias legales pueden ser serias.

Uno de los pilares de la ley es la tenencia responsable. Todos los que tengan a su cargo un animal deben asegurarse de proporcionarle condiciones adecuadas de alimentación, abrigo y cuidado según su especie. Además, el abandono está expresamente prohibido, y cualquier persona que lo haga seguirá siendo legalmente responsable de los daños que el animal pueda causar a terceros. Esto resalta la importancia de la responsabilidad que asume un tenedor, incluso después de decidir desprenderse del animal.


La ley también establece medidas claras para evitar que los animales representen un riesgo para el resto de la sociedad. Por ejemplo, los animales de razas potencialmente peligrosas deben ser controlados mediante el uso de correa, collar y bozal en lugares públicos, y sus dueños deben tomar precauciones para prevenir mordeduras y accidentes. Este tipo de regulaciones no solo protege a las personas, sino también al resto de los animales.

El maltrato animal está expresamente prohibido. A estos efectos, se considera maltrato cualquier acción que provoque daño o estrés excesivo en un animal, incluyendo tenerlos sin las condiciones básicas de bienestar o someterlos a tratamientos crueles. También se prohíben prácticas como peleas de animales o la manipulación genética para aumentar su peligrosidad. Estas medidas buscan eliminar el sufrimiento innecesario y garantizar que los animales reciban un trato digno y respetuoso.

Pero, ¿qué pasa cuando no se cumplen estas normas? La Ley de Bienestar Animal establece un sistema de sanciones que puede ir desde un simple apercibimiento hasta la prohibición definitiva de tener animales. Las multas pueden alcanzar hasta 500 unidades reajustables (UR), unos 20.000 dólares al día de hoy, suma más que significativa para quienes violen las disposiciones de la ley. En casos graves de maltrato o abandono, los animales pueden ser confiscados por la autoridad competente.

Además, ciertos actos son considerados agravantes y pueden llevar a endurecer las sanciones. Entre ellos se incluyen el uso de drogas sin fines terapéuticos, trabajar con animales sin proporcionarles descanso adecuado o mantenerlos encadenados en condiciones de sufrimiento. La ley también contempla situaciones de brutalidad extrema o cuando el maltrato ocurre en lugares públicos como circos o zoológicos. Estas agravantes intentan subrayar la importancia de un trato compasivo y adecuado para con los animales en todas las circunstancias.

Uruguay ha avanzado considerablemente en términos de legislación sobre bienestar animal, aunque tiene sus detractores. Este sigue siendo un tema candente de agenda política y social. No solo para evitar sanciones, sino también por cuestiones de dignidad y bienestar animal, conocer y aplicar estos principios es esencial para cualquiera que tenga una mascota.

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