El gobierno que pronto terminará su mandato, impulsó en estos años el plan AVANZAR, para lo cual destinó 240 millones de dólares. Lamentablemente, al inicio de su gestión, se informó que en los últimos 30 años, los asentamientos irregulares habían crecido en forma sostenida, a pesar de las acciones llevadas adelante, y que existían más de 600 en el país.

Si viene es cierto que el proyecto buscó aplicarse en 120 asentamientos beneficiando a más de 15.000 hogares, ha quedado mucho por hacer. En su momento, Lacalle Pou dijo que “hay que comenzar por viviendas dignas. Es difícil levantarse todos los días sin saneamiento, debajo de chapas y nylon”.

El primer mandatario agregó “No alcanza con la vivienda, es fundamental, pero no alcanza si los niños no tienen acceso a un centro de salud, a una escuela y si no está el Mides cerca apalancándolos”.

Afirmó también que se aspira siempre a que no haya asentamientos en el país, pero que ese resultado no se obtiene en un período de gobierno, sino que debe ser una política nacional. “Este punto de inflexión será seguido por quienes vengan si hacemos las cosas bien”, indicó.

Cuando se inició el Plan, Lacalle Pou manifestó “Hoy es un día, particularmente en lo político y en lo personal, de cumplir un sueño. Se puede soñar, hay que ponerle intelecto, rodearse de capacidad técnica, conseguir los recursos, y ahora es la hora de avanzar”.

El gobierno que asume, debería continuar por esa senda, pues, es el camino correcto para lograr una mejora sustancial en la calidad de vida de los más carenciados.

Razón tenía Alberto Masferrer: “Si el hombre no encuentra en la convivencia del hombre, manera fácil y sencilla de procurarse un techo- no pocilga ni cuchitril- sino techo para criaturas que tienen un corazón y un espíritu, entonces lo mejor será volver a la vida salvaje, a la vida feroz en que deciden de toda justicia el arco y la flecha de cada uno, y la fuerza de su brazo para blandirlos.”