Nuevamente otra muerte en la capital del país, y en este caso de un joven funcionario policial, que deja una familia compuesta por su mujer y dos hijos, quien luego de un operativo rutinario, fue ultimado de un disparo, desde un grupo de personas que posteriormente se dieron a la fuga. Aparentemente luego de varios allanamientos hay dos detenidos que los vinculaban con el asesinato del agente, y fueron conducidos a Fiscalía para determinar su culpabilidad.-

Pero la escalada violencia que hay en Montevideo, alcanza a todos los niveles, hace poco un niño de 8 años resultó muerto en un intercambio de disparos, y recién ahora fue condenado el autor del hecho. En estos momentos, de un millón y medio de personas, son miles los que viven al margen de la ley, principalmente del narcotráfico, con eso hacen la diaria, subsisten sin tener que trabajar, y bien calzados en la cintura con una pistola y un revólver, armas que no se sabe de donde provienen y como la obtienen.-

Y en ese entorno, la Policía, bien equipada, con un armamento sofisticado, todos los días tiene que salir a recorrer las calles, los barrios denominados peligrosos, arriesgando su vida, porque saben que los malvivientes desde la oscuridad les disparan con consecuencias impredecibles. Esta situación da la pauta que la delincuencia sigue ganando diez a cero a las fuerzas del orden, conocen los futuros movimientos que hace la Policía, y el maleante que mata a un agente policial, cuando es detenido, entra condecorado al recinto carcelario.-

En los últimos diez años Montevideo, se ha convertido en un campo de batalla, donde la mayoría son inocentes que sufren las consecuencias, recientemente un enfermero que salía de su turno del Banco de Seguros del Estado y volvía a su casa, fue interceptado por un desconocido y le quiso arrebatar la mochila, como se resistió, el delincuente lo mató, utilizando un arma de fuego, quien increíblemente hasta ahora no fue ubicado y detenido por la Policía, por este hecho sangriento.-

Y así podíamos enumerar diversos hechos, como rapiñas a comercios, con y sin heridos, rapiñas callejeras con personas heridas, es decir el ciudadano montevideano vive en una psicosis constante de que le pase algo cuando sale a la calle a trabajar o a estudiar. Analizando en profundidad lo que está pasando, pensamos que hay una falla en el sistema, no se está dando seguridad necesaria a los capitalinos, porque los delincuentes siempre están un paso adelante de la Policía.-

Cuesta, pero hay que decirlo, en Montevideo, la delincuencia le sigue ganando diez a cero a las fuerzas policiales.-