Plebiscito de 1980 /
El día que derrotamos a la dictadura
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Por Leonardo Vinci
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joselopez99@adinet.com.uy
Hay días que quedan grabados en la memoria de un pueblo, no por la violencia de los hechos, sino por la grandeza silenciosa de su coraje. El 30 de noviembre de 1980 fue uno de esos días. Aquel domingo, en medio del miedo, la censura y la represión, los uruguayos acudieron a las urnas y, con un simple “No”, abrieron la puerta a la libertad.
No fue una victoria militar ni una conquista armada. Fue la afirmación cívica de una nación que se negaba a claudicar. En un país donde hablar podía costar el trabajo, donde disentir podía significar la cárcel o el destierro, el pueblo oriental eligió el camino de la dignidad. Votó con temor, sí, pero también con la convicción de que había límites que ni el miedo podía borrar.
Rescatar la gesta colectiva
Este libro nace del deseo de rescatar esa gesta colectiva, de ponerle voz y rostro a una epopeya que no tuvo héroes individuales, sino un héroe común: el pueblo uruguayo. En sus páginas se entrelazan testimonios, recuerdos y documentos de una época en la que la palabra “libertad” era un acto de resistencia.
Necesidad ética
Recuperar esa historia no es un ejercicio nostálgico. Es una necesidad ética. Porque en aquellos años oscuros, hubo quienes, caminando las calles o desde la Radio Cultural, se negaron a aceptar el silencio impuesto. Fue la época en que cada gesto —abrirle la puerta a un maestro cesante, darle trabajo a un preso liberado, compartir un mensaje clandestino— era una forma de decir “No” al autoritarismo.
La Radio Cultural de Salto
Cumplió un papel decisivo. Desde un modesto living, transformado en sala de reuniones, se coordinó una red de voluntades que hizo posible un milagro: la defensa de la democracia con herramientas cívicas, la transmisión de información veraz, la unidad entre blancos, colorados, socialistas e independientes. Aquella emisora —símbolo de resistencia y esperanza— fue la voz del pueblo cuando otros micrófonos callaban.
El plebiscito de 1980
No fue solo una consulta constitucional. Fue un intento del régimen por legitimar la proscripción, el miedo y la represión. Y el pueblo, con sabiduría, lo comprendió. Dijo “No” al modelo autoritario, “No” a la doctrina de la seguridad nacional, “No” a un país sin libertades. Dijo “No” porque decir “Sí” hubiera sido renunciar a la conciencia.
Uruguay recuperó su voz
Y aunque la dictadura no cayó de inmediato, su derrota moral fue irreversible. Desde entonces, cada paso hacia la apertura, cada elección, cada manifestación fue posible porque un pueblo, en un gesto de valentía serena, había dicho basta. Este libro es un homenaje a esa jornada y a todos los que la hicieron posible. A los que hablaron desde los micrófonos prohibidos, a los que distribuyeron volantes en la noche, a los que contaron votos bajo la mirada vigilante del poder. A los que no pudieron ver el amanecer de la libertad, pero lo soñaron.
La dignidad pudo mas que el miedo
Porque aquel 30 de noviembre de 1980 —sin armas, sin gritos, sin odio— el Uruguay demostró que la dignidad puede más que el miedo.
Fue el día en que el pueblo derrotó a la dictadura. Fue, sencillamente, el día que derrotamos a la dictadura.
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