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En medio de una pradera florida del centro de Finlandia, rodeado de árboles y sin señales de teléfono, Petri Stenberg cuenta en voz baja a las ovejas que se acercan balando a recibir su ración de avena. Junto a su esposa Oona y sus hijos pequeños, Fia y Hugo, participa de la “semana del pastor”, un programa que combina vacaciones rústicas con conservación ambiental.

Organizado por Metsähallitus, la empresa estatal que gestiona los bosques y parques nacionales de Finlandia, este proyecto permite que familias finlandesas pasen una semana cuidando ovejas en zonas ecológicamente frágiles, como praderas seminaturales o islas de difícil acceso. La idea: mantener vivos antiguos biotopos mediante el pastoreo, una práctica en desaparición que sostiene la biodiversidad.

Según Leena Hiltunen, experta de Metsähallitus, los cambios en la agricultura y la desaparición de pequeñas granjas han hecho que queden menos del 1% de los paisajes tradicionales en Finlandia respecto a los años 50. Las ovejas, explica, ayudan a frenar la proliferación de matorrales, permitiendo que sobrevivan insectos y especies vegetales únicas.

La familia Stenberg fue seleccionada entre más de 2.200 personas que solicitaron participar este verano. Las estadías, que se asignan por sorteo, tienen un costo de entre 400 y 670 euros e incluyen alojamiento simple en cabañas sin agua corriente ni electricidad.

“Algunos nos preguntan por qué pagamos por trabajar”, bromea Oona mientras sorbe café frente a la antigua casa de campo que alquilaron. “Pero para nosotros es una experiencia única, y los niños están fascinados”.

Vivir sin pantallas

El aislamiento y la falta de conectividad son parte de la experiencia. No hay televisión, internet ni teléfonos móviles. La rutina incluye contar a las ovejas, verificar las cercas, bañarse en el lago o en la sauna, pescar y leer el cuaderno comunitario donde los visitantes dejan dibujos y reflexiones. “Aquí mi mente se calmó. Estoy viviendo el momento”, confiesa Oona, fisioterapeuta de profesión. Su esposo Petri, conductor de excavadora, coincide: “Es un verdadero descanso de la vida cotidiana”.

 

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