El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que el acuerdo de libre comercio (TLC) entre el Mercosur y la Unión Europea se firmaría antes de que finalice este año, pese a la oposición de Francia. Una afirmación que acaba de realizar  a breves días de la Cumbre Presidencial del Mercosur a cumplirse en Montevideo el 5 y 6 de diciembre. Así lo sostuvo “Lula” en el acto de apertura del Encuentro Nacional de la Industria que organiza la Confederación Nacional de la Industria (CNI), afirmando el mandatario brasileño que firmará el acuerdo comercial "no tanto por el tema del dinero", sino porque lleva "22 años en esto".

A lo que agregó: "Si los franceses no quieren el acuerdo, no tienen nada que decir, es la Comisión Europea la que toma la decisión y Ursula von der Leyen (presidenta de dicha Comisión ) tiene el poder para celebrar el acuerdo y tengo la intención de firmar el acuerdo este año", dijo el mandatario brasileño. Esperemos que la afirmación y visión de Luiz Inácio Lula da Silva se concrete y no naufrague.

Recordemos que Emmanuel Macrón en marzo de este año, en Brasil, afirmó: "Dejemos atrás el Mercosur de hace 20 años”. Y: "Hagamos un nuevo acuerdo". Esas frases, aún resuenan y el acuerdo entre la UE y el Mercosur, que se terminó de negociar hace cinco años, sigue notoriamente estancado. La historia se repite: también en 2019, Francia había bloqueado el acuerdo, en aquel entonces debido a la política ambiental en la Amazonía, del ex presidente Jair Bolsonaro.  Al jefe de Estado francés le preocupa que Argentina, Brasil y Uruguay inunden la Unión Europea con carne barata y que los productores franceses vuelvan a violentas protestas. Mientras, la industria alemana presiona para que el contrato se apruebe por mayoría, frente a la oposición gala. Sobre todo, los gigantes químicos BASF y Bayer, y también la industria automovilística con Daimler y Volkswagen a la cabeza. Todos defiende una política comercial abierta, libre y basada en normas y están comprometidos con una rápida ratificación del acuerdo con el Mercosur. 

En la interminable historia de las negociaciones entre la UE y Mercosur, se está en un nuevo capítulo. Comenzó en 1999 para facilitar el comercio de determinados productos entre los dos continentes y reducir los aranceles. Desde hace 25 años, parece ser una crónica de oportunidades perdidas. Lo mismo ocurrió a finales de 2023, cuando los tractores aún no circulaban por las ciudades francesas y era el momento propicio.

De este lado del Atlántico, el presidente argentino Javier Milei, cuando estaba en el llano, hizo campaña para abandonar el Mercosur y describió al presidente de Brasil, como un "comunista furioso" y un "delincuente".  Algo que en nada ayuda. Ahora ejerciendo la presidencia, no habla de una salida del Mercosur. Es más, es entusiasta partidario del libre comercio  y ya señalo que firmaría el TLC con la UE de inmediato. En nuestro país, el saliente presidente Lacalle Pou ha sido un notorio partidario de abrir el país a más comercio y a concretar TLC con cuanto país se pueda, apuntando por estos días, a integrar Uruguay, al bloque del Pacifico.  A todo esto, el Mercosur, ya avanzó en acuerdos de libre comercio con Singapur y los estados de la AELC (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) Por su parte el electo presidente Yamandú Orsi, es notorio partidario del Mercosur.

Por ello, la expectativa es grande.  Pese a que se suma que la UE insiste en una declaración adicional con sanciones por el incumplimiento de los objetivos medioambientales del acuerdo. Algo que en el bloque regional, se considera un exceso, sosteniendo que la competitividad de la industria agrícola del Mercosur es reconocida mundialmente y que en realidad se temen sus exportaciones. A lo que se agrega un dato importante:  la huella de carbono de los países del Mercosur en productos agroindustriales es de las más bajas del planeta. Pero, hay otros poderosos intereses que inciden en gobernantes y políticos, por lo que el deseable TLC Mercosur- UE, es difícil predecir, si finalmente se va a concretar. Ojalá que Lula, esté en lo cierto o enfrentaremos una nueva frustración.