En cada competencia, el ganador es aquel que termina festejando y se dice que todos se acuerdan del que logra el triunfo, que es una realidad. No solamente a nivel deportivo, donde el campeón es el que termina festejando y la historia marca justamente quien terminó primero, quedando los segundos en un plano secundario. Después habrá distintas miradas o que pudo hacer, pero siempre con el diario del lunes. Uruguay fue campeón del Mundo en Maracaná y la historia se mantiene viva, en ese partido la celeste levantó la Copa, sin importar el favoritismo de Brasil, que era el local, que incluso empatando se coronaba como el mejor. Es más, arrancó ganando y terminó con un Estadio mudo, aprendió de la derrota, se sobrepuso para hoy ser la selección con más títulos mundiales. En la política el movimiento es similar y los uruguayos tuvimos la posibilidad de definir en las urnas el Presidente de la República, donde el ciudadano es el que decide con su voto.

Claro, que como siempre ocurre, hay un ganador y un perdedor. Los números de lo que eran las encuestadoras, siempre manejaron la posibilidad de que la Fórmula Orsi – Cosse, tenía ventaja de cara al balotage, lo que finalmente ocurrió, con lo que son los márgenes de error. En este caso no lo hubo y después en el perdedor, que fue la fórmula Delgado – Ripoll, no queda otra que asumir la derrota, que en este sentido hay que señalar que la asumieron con hidalguía la misma noche que se conocieron los números primarios. Pero también están aquellos que tras la derrota, comienzan a buscar o tratar de señalar los errores o motivos de la votación.

La realidad muestra y sigue enseñando, que el ciudadano es el que elige la opción, que hay un número de votantes que van para un lado u otro, que no se dejan llevar por el fanatismo de los colores, que quizás fue lo que pasó en estas Elecciones del pasado domingo 24 de noviembre.

También queda la muestra que el país se divide en dos mitades y cada una es importante para aquellos que serán los gobernantes por los próximos 5 años, algo que pasó en la Elección pasada, cuando el actual Presidente Luis Lacalle Pou ganó por algo más de 30.000 votos.

En la última, Orsi logró algo más de 90.000 votos que Delgado, en más de 2.400.000 personas que sufragaron en el balotage, con éstos números podemos ver como se divide el país y que un movimiento de un lado a otro, puede cambiar la realidad.

Después está el trabajo de las estrategias que utilizó cada una de las fórmulas y seguramente que también estudiarán en lo que se equivocó o no cada una, de cara al futuro.

Uruguay tuvo sin duda una jornada democrática ejemplar el pasado domingo 24 de noviembre y es algo que se tiene que mantener, como defender, ya que esa misma noche se conoció el nuevo Presidente, con el saludo de quien perdió en las urnas.

Ya al otro día las conversaciones de la mirada de cada uno y que es lo mejor para el país, que de eso se trata, dejando atrás lo que fue la campaña.

La vida continúa después de cada contienda y el país siempre está primero, que es lo que los uruguayos tenemos que estar mirando con lo que fueron las primeras horas después de conocido los resultados del balotage.

Desde nuestro punto de vista, el pasado domingo y con el paso de las horas, hubo dos claros ganadores. Uno de ellos la fórmula Orsi – Cosse que asumirán sus funciones el 1º de marzo del 2025, como Presidente y Vice, aunque Cosse lo hará como Presidenta del Parlamento en el mes de febrero, cuando también asuman los representantes nacionales en ambas cámaras.

Orsi fue el ganador, con una estrategia clara de no confrontar y con una visibilidad que se la hicieron sus rivales, pero además tuvo el respaldo de más de 1.200.000 uruguayos, para transformarse de ahora en más en el Presidente de todos.

Serán cinco años que deberá cumplir algunas promesas de campaña, que generalmente no todas podrá cumplir y que luego al término de su mandato, podrá o no mantener era popularidad que muchas veces no es fácil.

El otro gran ganador, es el actual Presidente Luis Lacalle Pou que termina su mandato con una aprobación de más del 51% de la población y esto es bueno mirando el futuro, pero además dejando un mensaje muy claro, cuando ya esta semana mantuvo reunión con el Presidente electo para trabajar en la transición.

En el mundo de la política, que es como un juego de ajedrez, el que mueve mejor las piezas, puede sacar una ventaja y tratar de luego cerrar con los movimientos inteligentes.

La democracia nos permite a los ciudadanos, cada cinco años la posibilidad de elegir y es lo que tenemos que valorar, más allá de ganadores o perdedores.