Cabildo Abierto y Carlos F. Bruno /
Autonomía, política y dignidad humana
En una entrevista en el Streaming de Diario La Prensa, el coronel Carlos Félix Bruno, referente de Cabildo Abierto en Salto, reflexionó sobre la situación actual del partido, los desafíos políticos del departamento y su firme postura ante temas éticos como la eutanasia. Con su habitual tono sereno y analítico, Bruno trazó una radiografía tanto del presente político local como de los dilemas morales que atraviesan a la sociedad uruguaya.
“La política nunca se aleja de uno”, expresó al comienzo de la charla, dejando claro que, aunque no siempre esté en primera línea partidaria, sigue de cerca el rumbo del país. Para él, la política es una forma de compromiso cívico y ético, “El ciudadano tiene que tomar postura. No se trata de conformar a todos, sino de ser genuino en el pensamiento”.
Cabildo Abierto, juventud, desafíos y autonomía
Bruno destacó que Cabildo Abierto es un partido joven, aún en proceso de maduración. En las elecciones más recientes, la fuerza política experimentó una fuerte caída electoral: pasó de 270 mil votos y once diputados a apenas dos representantes en la Cámara Baja. Aun así, el coronel considera que el partido conserva una base sólida y un espíritu reformista que no debe perderse.
“Tenemos que separar la esencia de su formación, cuando fue movimiento social antes que estructura partidaria. Esa raíz es la que debe sostenerlo”. En ese sentido, Bruno subrayó la importancia de mantener la autonomía departamental de Cabildo Abierto, especialmente en Salto, donde las realidades políticas y sociales difieren del escenario nacional.
“Salto es una gran isla”, afirmó. “Aquí Cabildo tiene que actuar con autonomía, porque formamos parte de una coalición republicana local, con dinámica propia. No estamos apoyando a los partidos tradicionales, sino trabajando dentro de nuestro propio partido en el departamento”.
Salto como modelo político y social
Para Bruno, el éxito o fracaso de la coalición republicana en Salto tendrá repercusiones nacionales. “Acá no hay margen de error. Si a Salto le va bien, puede convertirse en un modelo replicable en otros departamentos”.
El dirigente reconoció que la presión sobre el gobierno local es alta, ya que la experiencia salteña es observada con lupa tanto por el oficialismo como por la oposición. “Es un examen a una sola vuelta”, sentenció, enfatizando que el futuro del proyecto político depende de una gestión responsable y coherente.
Bruno aprovechó la entrevista para resaltar el potencial económico y educativo de Salto. Planteó la necesidad de recuperar su rol histórico como ciudad universitaria, fortaleciendo su oferta educativa y sus servicios para atraer estudiantes. “Podemos recibir hasta 10.000 estudiantes, pero hay que ofrecerles vivienda, alimentación, transporte y espacios de recreación. Una ciudad universitaria no se construye solo con aulas, sino con calidad de vida”.
El coronel también defendió el impulso de nuevos polos turísticos y actividades hortícolas y frutícolas, como motores de desarrollo. A su juicio, más que dinero, lo que hace falta es “actitud”: “Las señales de mejora ya se ven en detalles: calles más limpias, espacios cuidados. Lo positivo contagia lo positivo”.
La eutanasia y la dignidad humana
En la parte final de la entrevista, el diálogo viró hacia un tema nacional de fuerte carga ética: la aprobación de la ley de eutanasia. Fiel a su estilo frontal, Bruno fue categórico en su rechazo.
“Estamos frente a una cultura del descarte, una cultura de la muerte”, expresó. Para él, la norma atenta contra la dignidad del ser humano y abre un camino peligroso. “No lo digo desde lo religioso, sino desde lo humano. Hay una agenda internacional que busca reducir la población, y nosotros no escapamos a esa agenda”.
Bruno cuestionó que la ley utilice el concepto de “muerte digna” como argumento humanitario. En su opinión, antes de considerar la eutanasia, el Estado debería garantizar el acceso universal a los cuidados paliativos, los cuales permiten acompañar a la persona en sus últimos días “con dignidad y sin sufrimiento”.
“La ley es muy amplia y puede conducir a situaciones irreversibles. En otros países ya se ha visto cómo personas deprimidas o en crisis piden la eutanasia. ¿Quién define qué es ‘insufrible’? No hay una medida objetiva para eso”.
Bruno también diferenció la eutanasia del retiro de tratamientos invasivos: “No estamos a favor de prolongar artificialmente la vida, pero eso no es eutanasia. La eutanasia es eliminar a alguien porque su existencia molesta o cuesta dinero al sistema. Eso nunca lo vamos a aceptar”.
Entre la reflexión y la acción
Para Carlos Félix Bruno, la política debe tener un norte moral. Su defensa de la autonomía de Cabildo Abierto en Salto y su firme oposición a la eutanasia comparten un mismo hilo conductor, la convicción de que la política debe centrarse en la dignidad del ser humano.
“El ser humano no es descartable. Hay que cuidarlo hasta las últimas consecuencias. Si empezamos a decidir quién merece vivir o morir, habremos perdido lo esencial”.
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