La foto que ilustra esta nota es de un momento de emoción y alegría, cuando en un populoso y humilde barrio de Salto se inauguraba el primer Caif del Uruguay: Caif Don Atilio, inaugurado en 1988. Pero hoy la noticia es otra y el tono pasó de aquella alegría inicial, a convertirse en angustia e incertidumbre para varias funcionarias y sus familias: algunas acaban de ser despedidas y a otras se le redujo el horario a la mitad. Entre ellas, una que trabajaba allí desde el inicio y otra a quien solo le falta un año para jubilarse. En síntesis, son 3 funcionarias despedidas y 2 a las que se le bajó la carga horaria de 8 a 4 horas.