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Sabido es que nuestro país no es una República Federal. Pero aun así existen herramientas magnificas constitucionales y de financiamiento que consideramos deben ser mejor utilizadas para brindar óptimos resultados a la población de los departamentos del interior. Estas herramientas tienen rango constitucional desde la reforma de1996, (donde también se estableció el balotaje en nuestra carta magna) luego de ser plebiscitado y aprobado; el gobierno central tiene la obligación de organizar como son los planes de descentralización del país y otras herramientas de financiamiento.

Con la potestad de crear comisiones sectoriales, ha tenido la concreción de una sola comisión, la llamada Comisión de Descentralización con la participación del Congreso de Intendentes a través de 5 Intendentes y 5 Ministros, con la intervención, asimismo, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). Esta comisión administra el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), que comenzó a funcionar desde el año 2000, en el gobierno del doctor Jorge Batlle y aplicándose en plena crisis económica.

La OPP participa solamente como organismo certificador y con carácter de miembro contratado, porque las intendencias pagan a OPP por su intervención. OPP no es dueña de esos recursos, son dineros presupuestales que así están asignados.

Solamente el 33% de los recursos del Fondo del Interior es manejado por esa comisión, mientras que el restante 67% debe ser propuesto por el gobierno central, cosa que en los hechos no termina ocurriendo. Así, el 33% es solo para proyectos técnicos presentados, que van a esa comisión para ser estudiados por OPP (que junto con la certificación de obra es su única función) y eventualmente aprobados. El restante 67% debería ser ejecutado por el gobierno nacional, pero esto no está atado a una coordinación con los gobiernos departamentales como sería lógico y deseable, ya que allí se daría el ámbito de negociación para que el norte del país, sea más beneficiado.

Queremos una descentralización real, por eso junto a Tabaré Viera vamos a propiciar que ello sea una realidad más allá del discurso, ya que consideramos es una obligación constitucional del gobierno nacional que se coordinen el 100% de los recursos que deben invertirse en el interior del país. Y para ello que mejor que tener como presidente a alguien que viene del interior, que entiende nuestros problemas y necesidades, que sabe de las dificultades que plantea una frontera con otro país.

Deseamos un estado planificador, que vuelque eficientemente recursos económicos para más y mejores obras de infraestructura, mejoramiento urbano y bienestar social.

En el gobierno de Tabaré Vázquez se crearon los gobiernos municipales, bienvenidos los gobiernos municipales, pero debió hacerse al revés, descentralizar desde el gobierno nacional a los departamentales primero y luego de los gobiernos departamentales a los municipios, porque sucede que los alcaldes no terminan de tener su autonomía, son como los jóvenes, hasta que no tienen su dinero propio, dependen de sus padres. No puede haber una descentralización real, si no se descentraliza el 100% de los dineros que son del interior.

Estas son las ideas fuerza del Batllismo, esto ha sido siempre la forma de actuar del Batllismo. Por eso Tabaré Viera plantea que si fuera Presidente crearía la Dirección de Proyectos de Desarrollo, para atender las potencialidades de cada región del país, como fueron el Plan Citrícola o el Plan Forestal que se realizó en los gobiernos de Julio María Sanguinetti. O el Sistema de Free Shops que ha tenido tan buen funcionamiento en la frontera con Brasil sin deteriorar el comercio local.

Mediante esa dirección se conseguirá invertir el 100% del FDI en coordinación con quienes están en el territorio. Un FDI bien invertido significa mayor obra pública, mayor movimiento económico, y, por ende, mayores fuentes de trabajo.

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