
Katerin Ferreira /
De jugadora apasionada a formadora de talentos en el fútbol femenino
- Por Angélica Gregorihk

La historia de Katerin Ferreira está marcada por una pasión inquebrantable por el fútbol. Desde sus primeros pasos en Bella Unión hasta su rol actual como asistente técnica de la categoría Sub 16 de Ceibal Femenino, su camino ha sido un testimonio de perseverancia, amor por el deporte y compromiso con el desarrollo de nuevas generaciones. En una charla con LA PRENSA | Streaming, Ferreira compartió su trayectoria, sus desafíos y la profunda gratificación que le genera su nuevo rol fuera de la cancha.
Los primeros pasos en Bella Unión: fútbol en familia
Katerin comenzó a jugar fútbol a los cinco años en Bella Unión, cuando aún era común que las niñas jugaran en equipos mixtos. Desde entonces, su vida estuvo rodeada de fútbol. “Toda la familia estaba dedicada al fútbol femenino”, recordó. Tías, su hermana y otras mujeres de su entorno participaban activamente, aunque no de manera profesional. Esa atmósfera familiar fue clave para que el fútbol se convirtiera en su mundo.
Jugó hasta los 13 años en el baby fútbol mixto, y luego dio el salto a General Rivera, el único equipo femenino en su localidad en ese momento. A los 18, se trasladó a Salto para estudiar, y fue donde se reencontró con su pasión al conocer a jugadoras en la Plaza de Deportes que la conectaron con Ceibal. Desde entonces, su vínculo con el club ha sido inquebrantable.
Ceibal: el corazón de una vida deportiva
“Juego en Ceibal desde el 2012, y hace dos años que colaboro como asistente técnica en las juveniles”, contó. Katerin. Lo que comenzó como un simple equipo se convirtió en una red de contención emocional y social. “Ceibal fue mi familia cuando vine a Salto sola. Siempre estuvo ahí, en los momentos que quería renunciar, que extrañaba. Fue mi apoyo constante”, expresó con emoción.
Pero Ceibal no solo fue un refugio emocional, sino también un lugar de logros deportivos. Participó en múltiples campeonatos, incluyendo una final de la Organización del Fútbol del Interior (OFI), y ha dejado una huella imborrable como jugadora.
Uno de los momentos más emotivos que recuerdo se remonta a su adolescencia, a los 14 años la pérdida de su padre. Él dirigía un equipo rival, “El Farolito”, y tras su fallecimiento, Katerin y su hermana prometieron jugar para su equipo. Cumplieron la promesa y salieron campeonas, un logro profundamente significativo.
El cambio de rol: del campo al banco de suplentes
Con el paso del tiempo, Ferreira dejó de estar en el campo de juego para comenzar una nueva etapa como formadora. “Hace dos años que no juego, pero estoy disfrutando muchísimo este rol de ayudante técnica”, compartió. Asegura que la adrenalina sigue presente, aunque ahora desde otro lugar. “Desde afuera, no podes correr, no podes hacer goles. Solo podes guiar y dar herramientas”.
Su ingreso al cuerpo técnico fue casi accidental, una “locura” de Javier Da Col, delegado del club, quien la animó a formar parte del proyecto de Sub 16. Junto a Viviana Gómez y luego Fernando Díaz, comenzaron a trabajar en la formación de las chicas. “En nuestra primera participación quedamos entre los 16 mejores del país. El segundo año llegamos a semifinales, y el año pasado salimos campeonas de OFI con la Sub 14”, relató orgullosa.
Ese campeonato fue histórico: Ceibal fue el primer equipo femenino salteño en ganar la OFI, y lo hicieron con una selección de jugadoras provenientes de varios equipos locales. “Era como una selección que defendía a Ceibal, pero representaba al fútbol femenino de todo Salto”, señaló. El hito aún emociona a Ferreira: “A veces pienso que las gurisas todavía no se dan cuenta del logro que hicieron”.
Valores, formación y liderazgo
El rol de formadora no solo implica enseñar táctica o técnica. Para Katerin, lo esencial es transmitir valores. “Les inculco compañerismo, empatía, perseverancia, constancia”, explica. Sabe que muchas chicas se frustran por no ser convocadas o no jugar, por eso trabaja mucho en la motivación. “Yo me puedo equivocar y vos también, pero lo importante es volver a intentar”, es una de sus frases más repetidas.
También destaca la importancia del apoyo emocional, el trabajo en equipo y el contagio de energía positiva. “Una palabra de aliento en el entretiempo puede cambiar todo”, dice. Además, está convencida de que el fútbol es una herramienta de formación personal. “Te da disciplina, te enriquece, te da valores. Es un juego, pero también una escuela de vida”, afirmó.
Desafíos del fútbol femenino y el rol social del deporte
Ferreira no esquiva hablar de los desafíos que enfrenta el fútbol femenino. “Hoy está más organizado, pero cuando empecé era muy precario. En Salto no había liga femenina, eran campeonatos de verano, fútbol 5 o fútbol sala”, recuerda. También denuncia la falta de apoyo estructural: “Hoy el fútbol femenino lo bancan las jugadoras y los padres. Necesitamos más apoyo para canchas, campeonatos y recursos”. A pesar de ello, destaca el crecimiento del deporte y el rol fundamental de las familias. “Ahora se arman hasta batucadas para apoyar a las gurisas. El acompañamiento es enorme”, contó con alegría.
Proyectos a futuro y sueños en construcción
Actualmente, Katerin está cursando la Licencia C de entrenadora, con el objetivo de seguir profesionalizándose. “Ese es mi primer paso. Luego vendrá la B y quizás la A. Pero todo a su tiempo”, dijo con humildad. Aunque no proyecta demasiado a largo plazo, sueña con dirigir fútbol femenino a nivel competitivo. Además, colabora con la selección de Salto y sigue vinculada activamente al deporte. “Los resultados se vienen dando, pero también tuve que dejar algunas cosas, como la organización de eventos, para poder disfrutar de este momento”.
El fútbol como elección de vida
Katerin dejó un mensaje potente para quienes dudan en apoyar a sus hijas en el camino del deporte: “El fútbol es lo mejor que hay. Enseña compañerismo, disciplina, valores. Que no les exijan a sus hijos, que les enseñen a disfrutar. Es un juego y así hay que vivirlo”. También resaltó la importancia de seguir intentando a pesar de los tropiezos. “En el fútbol, como en la vida, lo importante es volver a intentar”, afirmó. Con pasión, compromiso y visión, Katerin Ferreira se ha convertido en mucho más que una exjugadora. Es una formadora, una líder y una inspiración para decenas de niñas y adolescentes que hoy sueñan con una cancha propia, donde no haya barreras de género ni límites para soñar.
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