
Jaurés Lamarque Pons: el músico que también escribía
En la edición del martes pasado, LA PRENSA incluyó un artículo en el que recordaba un año más del nacimiento de Jaurés Lamarque Pons, el mayor músico que ha dado Salto y, junto a Eduardo Fabini, uno de los mayores representantes de la música uruguaya.

Fiesta de residentes salteños
Un grupo de damas salteñas, radicadas en Montevideo, realizó una reunión en la lujosa residencia de una de ellas. Se jugó al rummy canasta y se me invitó para que amenizara la reunión tocando en el piano algunas melodías. Es sabido que los salteños formamos algo así como una república aparte. “La patria chica”, al decir de Horacio Quiroga.
Encerrados, en fin, en una tradición cultural que puede ser hermosa, pero que es, muchas veces, conservadora, los salteños ven casi siempre con recelo a la cosmopolita Montevideo y a todo lo que es forastero. Las señoras de nuestra fiesta eran fieles a tal herencia.

La iniciación intelectual y el periodismo
«Rodó vino al mundo bajo el signo de la violencia, en plena guerra civil (llamada La Revolución de las Lanzas), que había estallado un año antes con la sublevación armada del caudillo rural Timoteo Aparicio contra el gobierno de Lorenzo Batlle. Creció, durante la dictadura de Latorre, en la calle de los Treinta y Tres, arropado en el seno de una próspera familia numerosa de tradición liberal, que ya contaba seis hijos. Doña Rosario Piñeyro Llamas, su madre, pertenecía a una familia patricia, establecida en la Banda Oriental del Uruguay desde la época colonial, y su padre, don José Rodó Janer, aunque nacido en Tarrasa (Barcelona), llevaba unos treinta años en Uruguay, después de haber pasado un tiempo en Cuba. La madre transmitió a sus hijos las creencias católicas, que el joven Rodó perdió en una crisis de adolescencia, aunque tanto la familia materna como la paterna eran de tradición liberal, constitucionalista y «colorada».

Líber Falco o lo cotidiano como trascendencia
El autor de Cometas sobre los muros fue caracterizado por el crítico Alberto Paganini como un poeta de la inmediatez. Y otro estudioso de su obra, que además ha sido su editor más constante, Heber Raviolo, afirmó que la de Falco es “una obra que todo lo apuesta al sentimiento”. Y ambos, como también lo hicieron luego otros, destacan la capacidad de transmutar emociones sencillas, sus propias vivencias, en categorías poetizables compartibles por un universo muy variado de lectores.

El chocolatinero y el candombe
En el año 1959 estrené mi ballet-pantomima “El Encargado”. Fue en el Teatro Victoria, con coreografía de Elsa Vallarino e interpretado por su conjunto “Dalica”. A todos los que componemos música y me atrevo a generalizar – creo que también se puede decir de cualquier otra forma de creación – nos halaga el elogio de los entendidos. Pero que alguien del pueblo se nos acerque y confiese que le agradó nuestro trabajo, eso nos hace inmensamente felices. En cierto momento del espectáculo aludido se me acercó el muchacho chocolatinero del teatro:

Rodó... Un año más
Se cumplió este jueves 1° de mayo un año más del fallecimeinto de José Enrique Rodó, uno de los más lúcidos intelectuales uruguayos. Reconocido por muchos como el “maestro de las juventudes de América”, nació el 15 de julio de 1871 en Montevideo. Murió en milán, Italia, el primer día de mayo del año 1917. Hay biografías en las que figura que falleció el 2 y hasta el 3, pero ese error, es seguramente debido a la demora en que sus restos llegaran al Uruguay, sumado eso a las distracciones por el feriado del 1°.

Mucho más que un novelista
A pocos días de su fallecimiento, parece importante dimensionar a Mario Vargas Llosa (Perú, 28 de marzo de 1936 - 13 de abril de 2025) simplemente recordando que fue mucho más que un gran novelista. En América Latina han sido muy pocos (alcanzan los dedos de una mano para contarlos) los escritores que obtuvieron el Premio Nobel de Literatura. Vargas Llosa fue uno. Lo fue por su obra narrativa sí, es cierto, pero no puede desconocerse al menos un par de facetas más en su brillante trayectoria. Una, la del autor de obras de teatro. Otra, la del ensayista.