
Cáncer /
La mitad de los casos podría evitarse
Un nuevo estudio internacional, publicado en la revista médica The Lancet, trae un dato que da mucho para pensar: casi la mitad de las muertes por cáncer en el mundo están relacionadas con factores que podemos prevenir. La investigación revisó datos de 204 países, 47 tipos de cáncer y 44 factores de riesgo que tienen que ver con nuestros hábitos y costumbres. ¿El resultado? En los hombres, el 46% de las muertes por cáncer se vinculan con estos riesgos modificables, y en las mujeres, el 36%. Dicho de otra forma: una parte muy importante del problema está en nuestras manos.

Ciencia y Salud /
Plásticos: una amenaza para la salud aún subestimada
La contaminación por plásticos es una amenaza para la salud no reconocida lo suficiente. Estos causan enfermedad y muertes, desde la infancia hasta la vejez, con un impacto que recae desproporcionadamente en las poblaciones de menos ingresos. Los expertos advierten que, si no hay cambios, la producción de plástico a nivel mundial se triplicaría entre 2019 y 2060. Los científicos alertan, en base a pruebas realizadas, cómo los plásticos, incluidos los microplásticos y los productos químicos en ellos, afectan a la salud humana. Las emisiones atmosféricas procedentes de su producción incluyen partículas en suspensión (PM2,5), dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, así como sustancias químicas peligrosas a las que pueden estar expuestos los trabajadores del sector del plástico.

Ciencia y Salud /
La poderosa conexión entre el cerebro y el corazón
Durante siglos, la medicina trató al cerebro y al corazón como órganos independientes, con funciones delimitadas y poco relacionadas. Sin embargo, la investigación científica de las últimas décadas ha demostrado que ambos mantienen un vínculo profundo y bidireccional, capaz de influir de manera decisiva en la salud física y emocional. Cada vez más estudios evidencian que lo que ocurre en la mente repercute directamente en el corazón, y viceversa. El doctor Mohamad Alkhouli, cardiólogo intervencionista de la Mayo Clinic en Rochester (Estados Unidos), es uno de los especialistas que más ha profundizado en este campo. Según afirma, “uno puede tener un poderoso impacto en el otro”. No se trata de una metáfora romántica: el estrés, la ansiedad, el luto o incluso emociones positivas como la euforia pueden alterar los ritmos cardíacos, la presión arterial e incrementar el riesgo de eventos cardiovasculares.La relación también opera en dirección contraria. El corazón envía señales al cerebro a través de nervios, hormonas y receptores de presión, modulando estados de ánimo, concentración y niveles de estrés. “No es sólo el cerebro hablando con el corazón; el corazón también responde”, ilustra Alkhouli.