Aníbal Sampayo, de Paysandú al vasto litoral
Nacido en la ciudad de Paysandú el 6 de agosto de 1926, Aníbal Domingo Sampayo Arrastúe inició su vida en un entorno sobrio y ligado al paisaje del litoral uruguayo. Aprendió música junto al maestro Alberto Carbone, quien le enseñó sin cobrar, y ya en su adolescencia integró un trío junto a los hermanos Soler. Con otro músico, Leonardo Melano, formaría un dúo que perduró treinta años. Durante los años 40 recorrió el país y parte del litoral argentino, combinando su labor artística con investigaciones sobre el folclore uruguayo y argentino. En 1947 comenzó a trabajar en la radio de Paysandú como locutor y operador, difundiendo música típica de la región y del litoral, lo que amplió considerablemente su radio de acción. A lo largo de su vida fue cantante, guitarrista, arpista, compositor y poeta: un hombre de múltiples facetas artísticas.
Obra: paisaje, música, compromiso
La obra de Sampayo se inscribe con fuerza en el mundo de la música litoraleña, rural, de raíces profundas. Temas como «Río de los pájaros», «Ky chororó» o «Cautiva del río» evocan de inmediato la geografía del Uruguay profundo, los ríos, las aves, el hombre en su entorno natural.
Pero su creatividad no se quedó sólo en el paisaje: con el paso del tiempo, su producción musical alzó también la voz social y política. Composiciones como «A José Artigas» asumen un carácter histórico-político, y en su álbum Canto a la liberación (1982) homenajea figuras como Túpac Amaru, Simón Bolívar, entre otros.
Su obra trascendió fronteras: artistas de gran prestigio como Mercedes Sosa, Jorge Cafrune, Quilapayún y muchos más han grabado sus canciones.
En su discografía, se encuentran piezas fundamentales como Arpa Guaraní (1967), José Artigas (1970), Patria (1985) y recopilaciones que recogen su legado.
Reconocimientos y últimos años
En sus últimos años, Sampayo recibió numerosos homenajes. En 2003 fue homenajeado en Buenos Aires, y en 2004 participó de la Festividad Criolla de El Prado en Montevideo.
El 6 de agosto de 2006, al cumplir ochenta años, su ciudad natal lo celebró con una gran fiesta popular en el Teatro Florencio Sánchez. Ese mismo año se presentó un disco con versiones de sus canciones, interpretadas por músicos de distintos estilos (rock, jazz-fusión, tradicional) bajo el título Aníbal Sampayo, el del Río de los pájaros pintados.
Falleció en Paysandú el 9 de mayo de 2007, después de haber estado aquejado del mal de Alzheimer durante los últimos años. En su homenaje, la Intendencia de Paysandú decretó duelo departamental.
Su huella en la cultura uruguaya y más allá
La voz de Sampayo es, sin duda, parte del acervo cultural del Uruguay y de la región del litoral rioplatense. Su música mezcla escuelas: la tradición del canto litoraleño, la sonoridad del arpa, la guitarra, los ritmos del río y del campo. Pero, además, su obra se vuelve puente: a través del compromiso social y político, muestra cómo el folklore puede ser también herramienta de expresión de identidad, resistencia y memoria.
Por otra parte, su enfoque en el paisaje, la naturaleza, los hombres del interior, lo vincula con una estética rural que pocas veces se popularizó tanto en nuestro medio. Su música pone en valor lo que muchos considerarían modesto o marginal, y lo transforma en arte universal.
De cara al centenario: 2026 y los homenajes que se preparan
El año 2026 marcará el centenario del nacimiento de Aníbal Sampayo (6 de agosto de 1926). Este hito brinda una oportunidad excepcional para repensar, revisar y visibilizar su legado en todas sus dimensiones. Aunque aún los programas oficiales no están completamente detallados públicamente, ya comienzan a surgir iniciativas en su ciudad natal, Paysandú, y en circuitos culturales del país para desplegar actividades conmemorativas.
La conmemoración de un centenario no es un mero acto simbólico: es el momento de convocar nuevas lecturas, de generar espacios educativos, conciertos temáticos, exposiciones y publicaciones que traigan su obra a nuevas generaciones. También es la ocasión para que las instituciones —municipales, departamentales, universitarias— garanticen la conservación del archivo, de los registros de audio y video, y promocionen la difusión de sus composiciones.
Por ejemplo, podría esperarse que la semana del 6 de agosto se declare de homenaje a Sampayo en Paysandú, con conciertos en teatros, charlas en escuelas, muestras de pintura o fotografía, e incluso rutas culturales que recorran los escenarios de su vida. Su figura bien puede articularse con el turismo cultural del litoral, enlazando la música con el paisaje que tanto amó.
¿Por qué celebrar a Sampayo ahora?
Celebrar a Aníbal Sampayo es más que recordar un nombre: es reafirmar una identidad uruguaya profunda, la del hombre de campo, del río, de la gesta, del canto que surge del barro y va al cielo. Es reivindicar que la música popular, el folclore, no son reliquias de museo sino expresiones vivas que dialogan con lo actual. Asimismo, en un mundo globalizado, su obra nos devuelve a la raíz y nos conecta con nuestra naturaleza más original.
En este sentido, el centenario puede abrir puertas hacia debates contemporáneos: la ruralidad en el siglo XXI, la migración campo-ciudad, la imagen del litoral en la cultura visual, el papel social del músico popular. También puede fomentar que su obra sea reinterpretada, llevada a nuevos formatos, reversionada por jóvenes artistas, generando así un puente entre generaciones.
Una invitación personal
A través de este artículo, me permito invitar: si estás relacionado con la música, la educación, la cultura o simplemente eres amante de la buena canción, considera explorar la obra de Sampayo. Escucha sus grabaciones, lee entrevistas, conversa con músicos del litoral que lo conocieron. Y para el centenario, piensa en cuál podría ser tu aporte: un recital, una charla, una publicación digital, un documental amateur, una clase en la escuela. Porque honrar su legado también es cultivarlo.
Aníbal Sampayo fue un hacedor de música y palabra que puso su voz al río, al viento, al hombre de la orilla. Su vida —desde Paysandú hasta la radio, los escenarios y las giras— y su obra —que abrazó tanto el paisaje como la historia— lo convierten en figura insoslayable del folklore uruguayo y latinoamericano. El centenario de su nacimiento, que se cumple en 2026, constituye una ocasión privilegiada para reafirmar su vigencia, para permitir que nuevas miradas lo descubran y para consolidar su sitio en la memoria colectiva. Que esta celebración sea tanto homenaje como estímulo para que su canto siga vivo, resonando más allá del río que alguna vez evoca su canción.