“Por la plata baila el mono”
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Por Gabriel Paique
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gpaique@laprensa.com.uy

Nada puede sorprender y menos cuando el dinero es lo que seduce, para poder tener un mejor pasar o la posibilidad de una vida digna, algo que en definitiva es normal, ya que en lo individual, cada persona busca la comodidad, no tener problemas, pasar sin sobresalto económicos, algo que no es sencillo, pero se puede.
Claro que hay que contar con la capacidad de un día pensar una cosa y al otro no mantenerla o elevar la mirada en otro sentido, como decían nuestro mayores, “acomodar el cuerpo según para el lado que corre el viento”. Convengamos que es una virtud, observar y tratar de ir a favor de la corriente, porque para llegar a la orilla en contra, es más complicado, entonces siempre tratamos de encontrar el camino más sencillo, cómodo, con menos piedras para apartar.
No es algo que se pueda dar solamente ahora, sino que quizás hoy tiene más visibilidad o se está más expuesto por las nuevas herramientas, que nos permiten ver en el mismo instante como algunas personas puede cambiar de opinión o capaces de ir por el camino de un mejor retorno económico.
No vamos a ser los que señalemos si es lo correcto o no, porque cada uno sabe cuando le aprieta el “zapato”, que cuando ocurre no se hace sencillo caminar y luego convivir con las “ampollas”, esas que son tan molestas. Entonces cada uno sabe cuando y como tratar de mostrar su mejor cara, para tratar provecho propio, algo tan común que viene vaya a saber desde hace siglos, con aquello de que el “vivo vive del sonso y el sonso de su trabajo”.
Frases que nos acompañan desde siempre y que son parte de la vida, como para que nos demos cuenta que algunas situaciones no son de ahora, sino que siempre nos han acompañado.
La política no escapa a esta situación, sino que podemos ver en el “libro de pases”, que casi a diario o en forma constante se puede ver como cada uno va acomodando el cuerpo de acuerdo a su real entender o conveniencia personal, para olvidarnos de los principios.
En el mundo de los negocios, todo es te doy esto, pero recibo esto otro y es parte de saber hacer las transacciones, la capacidad de poder convencer, tanto de un lado, como si me toca estar del otro. Aquello que en esta vida, “cada cual que atienda su juego”, sino puede llegar a perder y en este sentido contar con la capacidad de poder articular en beneficio propio, pero tratando de convencer a las masas, que de eso se trata, en una sociedad donde el voto es lo que siempre define para un lado u otro.
Muchas veces nos preguntamos, donde quedan los principios o como se defiende de un lado u otro, donde en definitiva siempre está aquello de que cada uno puede ir al mejor postor y quizás es una forma de prostitución. Vivimos en un mundo donde la economía es la que maneja los números y cada uno siempre trata de tener lo mejor o por lo menos intentar llegar a lugar donde las luces brillan de otra manera, buscando el beneficio personal, individual, con la capacidad de “vender espejitos de colores”.
Muchos se preguntan, que poder tiene dinero y desde nuestro punto de vista, la capacidad de poder comprar aquello que parece inalcanzables, pero de ahí nos vamos dando cuenta de aquella vieja frase que también es parte de nuestra historia: “la necesidad tiene cara de hereje”.
Esto no puede explicar como ejecutar algunas cosas, con alguien que tiene una necesidad o por aquello de tratar de crecer o sobresalir, en un mundo cada vez más competitivo o consumista, donde estar o aparentar cierto nivel, muchas veces te abre mejores puertas.
Vivimos en un mundo donde el dinero tiene la capacidad de comprar las mejores cosas y ejemplos, abundan a simple vista.
Muchas veces pueden resultar un paso simpático y después quedar a la merced de lo que puede llegar a ocurrir en el futuro, pero la capacidad de ir de un lado a otro, es algo que realmente tiene que tener su recompensa, nadie lo hace por el simple motivo de mejores principio, sino logros individuales, aunque el mensaje siempre será lo mejor para el conjunto de las personas.
“Por la plata baila el mono”, una canción de Wilfredo Vargas, con una música que te hace bailar, pero que te nuestra el poder del dinero de una forma muy divertida y con un mensaje tan valedero como siempre, en cada uno de los tiempos.
Aquello de que el mono cuando recibe una banana o una golosina, puede cambiar su humor, lo podemos observar cuando concurrimos a un zoológico, lo que no se da cuenta es que seguirá entre las rejas, haciendo reír a los que concurren a ofrecerle una “migaja”. Pero es moneda corriente de siempre y que sigue estando a merced de aquellos que son capaces de cambiar de opinión de un momento para otro.
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