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La historia política de la izquierda en Uruguay era larga y rica pero minoritaria, sin trascendencia. Hubo distintas expresiones desde principios del siglo XX tales como el Partido Socialista de Emilio Frugoni, al principio como la del Partido Comunista encabezado por el gran Rodney Arismendi hasta los 70 del siglo pasado, también el Partido Demócrata Cristiano de Juan Pablo Terra en la década de los sesenta pasadas. Había muchos grupos y movimientos sociales de izquierda desparramados en el escenario político uruguayo, participaban pero nunca ganaban nada ante la supremacía de los partidos tradicionales o fundacionales de la Nación, el Blanco y Colorado. Apenas algunas representaciones legislativas, pocas voces de la izquierda en el Parlamento Nacional.

La situación permaneció así hasta la fundación del Frente Amplio como Coalición de Izquierdas. Tras enormes y complejas negociaciones se logró crear lo obvio: que todos los votos de la izquierda sumaran bajo un mismo lema partidario y así adquirir la mayoría de edad política e incluso intentar ganar la presidencia o alguna intendencia, sobre todo Montevideo.

La idea era ganar espacios, ejercer el poder, ocupar un lugar formal en el escenario político nacional. Basta de meras declaraciones y movilizaciones callejeras y más de acciones en el centro del poder. El Frente Amplio, así concebido, al principio fue nada más que un dato en las elecciones de 1973, nació a la vida pública electoral con un meritorio pero lejano tercer puesto en las elecciones detrás de blancos y colorados. Tomó prestado incluso el lema del Partido Demócrata Cristiano. Luego sobrevino el golpe de estado y la dictadura por una década. La estructura política y la militancia sobrevivió los años aciagos y de proscripción. Llegó la democracia post dictadura, el FA obtuvo su lema permanente y empezó a votar y crecer. Primero ganó en Montevideo en 1989 con Tabaré Vázquez Intendente, después obtuvo la presidencia en 2005, también con Tabaré Vázquez presidente. Ganó tres períodos consecutivos, largos 15 años en el poder, un breve intermezzo con la Luis A. Lacalle Pou y la Coalición Multicolor Republicana. Ahora de vuelta en el poder. Varias intendencias pasaron sucesivamente por gobiernos locales de izquierda, entre ellas Salto tres veces.

La Coalición Frente Amplio es un ejemplo de conducta y estrategia política. Un acuerdo electoral y programático que se consolidó, sobrevivió y superó, que logró sus objetivos de llegar al poder nacional y departamental, una coalición que se mantuvo unida pese a los problemas y discusiones del camino, dificultades y derrotas. Nació de abajo, creció en el tiempo, salvó el proceso militar, alcanzó la democracia vivita y coleando, engrosó votos en las urnas electorales, ganó intendencias, primero Montevideo, luego Canelones, para terminar en lo más alto de la cúspide del poder, la primera magistratura del Uruguay. ¿Y saben qué? Todos los partidos integrantes del FA siguen siendo partidos tal cual lo eran antes al momento de la fundación. Iguales o mejores… más fuertes y vigentes.

Debería ser esta la misma historia con la Coalición Republicana y Liberal empujada principalmente por el Partido Nacional y el Partido Colorado, seguida por el Partido Independiente, Cabildo Abierto y otros más… o menos. A esta Coalición le falta tiempo y al decir de Antonio Machado que se hace camino al andar.

Primero que la Coalición Frente Amplio va para un lado ideológico y la Republicana Multicolor para otro. Segundo, la CR es un acuerdo electoral sobre un programa común para ejercerlo durante el período. Igualito que el FA en el 71. Ahora hay que hacer experiencia, se inició con el Gobierno Nacional que está por expirar, después habrá que aprender a ser oposición al gobierno de Yamandú Orsi, pasando por ganar o acercarse en las elecciones departamentales en juego, hay que mantener o superar el capital político generado. Al Frente Amplio consolidado le llevó 24 años llegar a la presidencia desde 1971, en el año de su primera participación. La Proto Coalición Republicana nació con el Balotaje del año 1999 y la victoria de Jorge Batlle. Hubo un impasse de tres períodos hasta que volvió a ganar en 2019 con la victoria de Luis A. Lacalle Pou, evento político que la consolidó, moldeó formalmente, hizo experiencia en los hechos de gobierno. En 2024 le tocó perder, el gobierno multicolor no pudo ser reelecto y su candidato Álvaro Delgado ganar la elección. Lo mismo le ha pasado al FA en el pasado y salió adelante. ¿Por qué no puede suceder lo mismo con la Coalición Republicana? La alternativa de los blancos y colorados es la inanición política y eventualmente la desaparición del escenario nacional, no hay más remedio y además debería entusiasmar y contagiar cantar la misma letra de la murga que se escribió para curar las heridas de la derrota frenteamplista de turno: ¡A Redoblar muchachos la esperanza, a Redoblar…!

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