Anotaciones Callejeras
Muchas veces hablamos de las dificultades de determinado trabajo, pero, aún asumiendo que el lector puede aportar muchos muy complejos, en nuestro diálogo con gente que está en el tema pudimos informarnos más en detalles del trabajo que hace la gente de los cementerios, sobre todo a la hora de las reducciones; que se estiman se deberían desarrollar después de los tres años cuando el cuerpo ya perdió la parte de carne y piel y quedan, o deberían quedar, los huesos.
Sin embargo no siempre es así y nos cuentan de lo difícil que es para los funcionarios este momento, normalmente rodeado de los familiares del fallecido, donde se encuentran por ejemplo prótesis, alambres, placas que en su momento se pusieron por ejemplo ante fracturas.
O grasa que no se fundió con el tiempo y hay que sacarla. Es una tarea dura pues se obra sobre lo que fue el cuerpo de una persona que, normalmente, en ese momento está rodeada de quienes lo amaron en vida y lo siguen recordando.
"Hay que estar allí" dice un hombre que sabe del tema. Por eso a veces da gracia cuando en cualquier lugar salta el "estrés para justificar la licencia médica", lo que se respeta, pero qué podemos dejar a una persona que todos los días debe obrar con un cadáver y hacer y dar lo mejor de sí en un momento tan difícil de la vida de los familiares. No es sencillo y la acumulación de este tipo de situaciones puede obrar generando trastornos psicológicos.
La necesidad laboral de los salteños está harto comprobada y varía según las fechas, las zafras. Hemos hablado del famoso arándano que lleva gente, sobre todo joven, de los barrios de Salto a establecimientos de nuestro departamento y el norte de Paysandú.
Esta es una vía, otra la venta de jugos de naranja que se ofrece en todos lados, muchas fincas particulares donde se compran una o dos jugueras eléctricas, se consigue la materia prima por bolsa o cajón y después a reciclar botellas que de eso se trata. Andan en cien pesos los dos litros fríos y por lo que hemos consultado a tres o cuatro la venta es buena y permite ir parando la olla lo que siempre es importante en tiempos de escasos espacios laborales como nos pasa en estas tierras de Víctor Lima.
Si alguien quiere trabajar es el salteño que busca y rebusca por todos lados aún asumiendo tiempos tan difíciles como los que no toca vivir y que saltan cada vez que analizamos los guarismos de ocupados y desocupados a nivel nacional y siempre estamos entre los de abajo.
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