Anotaciones Callejeras
Fue un domingo. Julio César Errea, el "Bocha" Errea dejó de existir, el de la revistería eterna, el de "La Pirámide" a metros del Hospital por 18 de Julio casi Varela. "La Pirámide" era un rinconcito cultural de Salto llevado adelante por una persona que no hacía negocios sino amigos.
El "Bocha" Errea tenía una impresionante colección de revistas del lejano oeste, de amor, de deportes como El Gráfico ("la primera y la mejor en el deporte"), los comics de Nippur, Fantasía y El Tony y las Andanzas de Patoruzito. En los ochenta y noventa "La Pirámide" era la cuna del canje de revisas y libros a precios módicos, con Errea siempre al frente, con su talante anti nervios y su diálogo fluido. Luego agregó peluquería a precios muy bajos para que todos puedan cortarse el cabello, lo hacía más para ayudar que para recaudar. Hizo clientes y amigos casi que al mismo tiempo y apoyó a mucha gente con su cortecito popular, por eso lo recordamos con su sombrero tipo cowboys y su eterna sonrisa. Que haya paz en su tumba.
Una silla de ruedas ocasional puede hacer la diferencia. Las personas que deben andar en sillas de ruedas todo el día por los lógicos problemas que le impiden caminar ya están munidas del aparato. Pero hay otras, sobre todo de la tercera edad, pero no son las únicas, que caminan pero no pueden hacer extensos recorridos, o lo hacen con dificultad diez, veinte, treinta metros pero no pueden un trecho más largo. Entonces aparece la solución, una silla de ruedas para ese momento.
Es lo que tiene la gente del Cementerio Central a mano para ayudar entonces a esa persona mayor que quiere saludar y recordar a sus seres queridos, normalmente con el apoyo de un familiar, usa por ese rato la silla de ruedas que tiene la buena gente del Cementerio y recorre con solvencia y agilidad los panteones y los nichos y no tiene que sufrir por andar "varias cuadras", esto lo decimos en forma eufemística pero si se ponen a recorrer la necrópolis suman y suman cuadras y así "cumplir" con los deudos, con todos, que de eso se trata, más en fechas donde estamos casi que tocando Navidad y año nuevo y mucha gente entiende que es momento para agradecer, recordar, poner una flor a los seres queridos.
Parece que nadie cocinara en Salto para las fiestas pues se abre una red social y una catarata de ofertas para las fiestas aparecen y seguramente con mucho éxito, incluso ya hay comercios que no reciben más pedidos. Es que los salteños andaremos bien o mal, pero para juntarnos, comer, tomar y pasarla bien sale plata hasta de abajo de las piedras.
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