El gasto superfluo que desmiente la declamada solidaridad
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Por José Pedro Cardozo
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director@laprensa.com.uy
Hay causas que, por su peso moral, deberían estar a salvo de la manipulación política. La pobreza infantil es una de ellas. Sin embargo —como tantas otras veces— el drama de miles de niños en situación de vulnerabilidad vuelve a ser utilizado más como bandera ideológica que como compromiso real y sostenido. La izquierda, junto a organizaciones sociales y sindicales que orbitan en su entorno, se rasga las vestiduras reclamando nuevos impuestos al uno por ciento más rico del país, bajo el argumento de atender a la niñez desvalida. El discurso suena noble, casi irrefutable. El problema aparece cuando se contrastan las palabras con los hechos.
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