Temu y su desigual competencia con el comercio nacional
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Por José Pedro Cardozo
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director@laprensa.com.uy

Seguramente a los lectores de LA PRENSA, el nombre Temu les resulte familiar. Se trata de la plataforma china de comercio electrónico que ha logrado una presencia prácticamente omnipresente en la vida digital de los uruguayos. Es difícil navegar por YouTube, Instagram o X sin encontrarse con una avalancha de anuncios que prometen productos de todo tipo a precios casi ridículos. Este fenómeno no es menor ni pasajero, por lo que ya se ha dado en llamar el “Efecto Temu” por las consecuencias concretas en el comercio nacional.
El régimen de compras a través de encomiendas internacionales, que comenzó entre 2011 y 2012 es un fenómeno, que se ha convertido en una transformación de fondo en los hábitos de consumo de los uruguayos. Sin embargo, la verdadera explosión llegó a partir de abril de 2024 con el desembarco de la plataforma china Temu, que provocó un crecimiento explosivo de las compras en el exterior.
Hasta entonces, el promedio mensual de operaciones se mantenía en torno a las 45.000 o 50.000, una cifra sin duda significativa para el comercio nacional. Pero a partir del ingreso de Temu al país, el escenario cambió de manera radical. En diciembre de 2023, el número escaló a 65.000, y tan solo un año después, se disparó a 167.000 paquetes. Si bien en enero hubo una baja a 100.000, en febrero volvió a trepar a 160.000, y las cifras preliminares de marzo indican que la tendencia se mantiene.
Este crecimiento acelerado no es solo una curiosidad estadística. Según estimaciones, en febrero de 2025 los uruguayos gastaron alrededor de 15 millones de dólares en compras internacionales a través de estas plataformas. Pero lo más preocupante es el desbalance que esto genera en el mercado local: mientras que esos productos llegan al país sin pagar los impuestos ni los costos que enfrentan los comerciantes uruguayos, éstos se ven obligados a competir en condiciones absolutamente desiguales.
No se trata de estar en contra de Temu, ni de las compras digitales. Todo lo contrario. Las plataformas internacionales representan una herramienta moderna y eficiente para el consumidor. El problema es que, en un mercado tan pequeño y sensible como el uruguayo, cualquier desequilibrio tiene un impacto desproporcionado.
La competencia desleal está golpeando con fuerza tanto al pequeño comerciante como a las grandes empresas. Hay testimonios de empresarios que afirman haber perdido hasta un 30% de sus ventas. Esto no solo afecta la rentabilidad de los negocios, sino también el empleo, la recaudación impositiva y, en definitiva, el entramado económico del país.
Por eso, desde la Cámara de Comercio se ha insistido y reclamado recientemente ante el propio Ministro de Economias Gabriel,Oddone, en la necesidad urgente de revisar la normativa. No se trata de prohibir, sino de establecer reglas claras y justas para todos. El objetivo debe ser un régimen que nivele el terreno de juego, sin favorecer a unos en detrimento de otros. Algo que nos parece justo y razonable.
El desafío está planteado y la situación, exige decisiones, porque si no se actúa con rapidez, el “efecto Temu” podría dejar una huella profunda y duradera en la economía nacional. No se trata solo de cifras: está en juego el futuro del comercio uruguayo y los efectos colaterales que se darian si esta situación se agrava.
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