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Mucho se critica lo que ha sucedido en Artigas donde la base de acción del ex intendente Pablo Caram volvió a ganar. Los artiguenses eligieron a Emiliano Soravilla, del sector Artigas Adelante del Partido Nacional (PN), como su nuevo intendente. Aunque la victoria de los nacionalistas es clara en el departamento fronterizo, no alcanzaron el 64% de los votos que obtuvieron en 2020, cuando resultó reelecto Pablo Caram. En cambio, esta vez llegaron al 49,8% del total de votos, según el escrutinio de la Corte Electoral. En declaraciones consignadas por Canal 5, Soravilla expresó que “el pueblo de Artigas reconoció lo hecho por Artigas Adelante” en las dos “muy buenas gestiones de Pablo Caram”.

El Frente Amplio (FA) mejoró su votación, si se compara con las pasadas departamentales. Hace cinco años obtuvo apenas 20% de los votos, mientras que en los comicios recientes logró nueve puntos más. El más votado entre los tres candidatos frenteamplistas fue Nicolás Lorenzo, integrante del Movimiento de Participación Popular, que superó por más de 1.200 votos a Guillermo Gasteasoro, candidato seregnista.

Por otro lado, estas elecciones tuvieron la participación de Cabildo Abierto (CA), que no había presentado candidatura en 2020 y se ubicó tercero, por encima del Partido Colorado (PC). Los cabildantes obtuvieron 9% de los votos y Wilfredo Correa, del Espacio de los Pueblos Libres, obtuvo la inmensa mayoría de los votos de la fuerza política y superó a Robinson Rodríguez, el candidato que se mostraba como seguidor de la línea de Guido Manini Ríos e Irene Moreira.

El PC, por su parte, obtuvo apenas 6% de los votos. El edil de Vamos Uruguay Daniel Argañaraz fue el más votado en la interna colorada. Desde su lugar en la Junta Departamental, Argañaraz fue muy crítico de la gestión de Caram y mantuvo un rol importante en las denuncias realizadas por el caso del pago irregular de horas extras.

Acá vale aclarar algo que es importante y es el contexto, la idiosincrasia del lugar, y, por ende, el perfil de los votantes. A veces da gracia cuando colegas sociólogos o amigos politólogos hablan dando a entender que el fronterizo es un pueblo atrasado. En el libro "El oficio de Sociólogo" de Bourdieu, Passeron y Chamboredón dice que muchos profesionales actúan como "pequeños profetas acreditados por el Estado". Es verdad, con sueldos públicos, acomodando la pancita contra el escritorio y en la seguridad de un salario estatal es fácil hablar, o criticar.

Pero veamos más profundamente el caso de Artigas y su famosa ex diputada, y formalizada por usurpación de funciones que posiblemente sea la secretaria general.

Con una gran base de poder económico Valentina Dos Santos ha sido la ayuda de decenas, centenares de personas en Artigas en momentos difíciles. Imagínese usted amigo lector que precisa un remedio para el abuelo, o el hijo, o el nieto y no  hay un peso en la casa y que Valentina lo soluciona, o le consigue un trabajo al muchacho de veinte años de la casa, o le mueve una canasta porque no alcanza el presupuesto para comer todo el mes. Si Valentina le pide después el voto la vota doble y pega carteles hasta del lado de Cuaraí por las dudas que se consiga algún voto más.

Esa es la verdad de la milanesa, la necesidad tiene cara de hereje, pero no lo hizo Lima poniendo familiares de ediles en la Intendencia acá, o con los monotributos o prometiéndole terrenos a las cooperativas. ¿Somos nosotros un pueblo atrasado? Queda feo decirlo, además como lamentablemente los uruguayos asociamos frontera a incultura calza perfecto. El pueblo de Artigas se ha ido moldeando como ha podido, es el resultado de políticas públicas y privadas de años pero no le pasa ni más ni menos que a otros. Cuando un montón de técnicos universitarios apoyaban a Carolina Cosse, que es una máquina de despilfarrar, ¿son retrógrados a pesar de títulos y posgrados? 

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