En recuerdo de los Mártires de Quinteros
-
Por Leonardo Vinci
/
joselopez99@adinet.com.uy
En estos días se recuerdan los episodios ocurridos en 1858. Un historiador imparcial, Pelham Horton Box, relató así los hechos del Paso de Quinteros: “En enero de 1858, el general César Díaz, a la cabeza de cierto número de colorados proscriptos, bajo el impulso de la desesperación, ante el desquicio de la organización partidaria en Montevideo por obra de una serie de deportaciones en masa ordenadas por el gobierno blanco, organizó una expedición a la cual hizo la vista gorda el gobierno de Buenos Aires. Después de varias derrotas, el 28 de enero el general Díaz se rindió a las fuerzas del gobierno en Quinteros. El general Medina garantizó el paso de Díaz y sus oficiales a Brasil.
Entre tanto, el Presidente Pereira, agobiado por la crisis, cayó bajo la influencia de los Blancos extremos, encabezados por Antonio de las Carreras, quienes le persuadieron de que la República sólo se salvaría de convulsiones futuras mediante el condigno castigo de los rebeldes. En consecuencia, y contra las más apremiantes representaciones y protestas del cuerpo diplomático, se expidieron órdenes en el sentido de fusilar a los prisioneros, órdenes que fueron ejecutadas en los días siguientes.
César Díaz, uno de los héroes de Caseros y todos sus jefes y oficiales fueron fusilados. Manuel Freire, tercer Jefe de los Treinta y Tres Orientales, también corrió la misma suerte. Los desgraciados italianos enganchados como soldados por Díaz en Buenos Aires fueron degollados y destripados. Unos 40 soldados fueron lanceados en la marcha desde Quinteros y sus cuerpos quedaron insepultos en la llanura. Fueron degollados sesenta y ocho soldados de las filas. En conjunto, 152 fueron oficialmente fusilados, destripados, bayoneteados y degollados en Quinteros y en las localidades vecinas.
De acuerdo con el encargado de negocios británico: durante los seis días sucesivos, de diez a doce prisioneros eran degollados cuando el ejército acampaba para pernoctar. Estas ejecuciones se distinguían en algunas oportunidades por una crueldad excesiva; por ejemplo, se desnudaba a los prisioneros jóvenes, se les hacía marchar y se les decía que corrieran para salvarse, hombres a caballo los perseguían luego, los lanceaban para divertirse y finalmente los degollaban”.
La publicación “La Reforma Pacífica” decía en aquel entonces “El Paso de Quinteros” es el nombre que recuerda la más infame y la más cobarde de las carnicerías ejecutadas en prisioneros inermes; esa iniquidad que no tiene ejemplo en las guerras más encarnizadas de nuestros tiempos, porque fue la violación de lo que todos respetan, la garantía de la vida antes de deponer las armas…
Una capitulación violada y una carnicería donde se hacía correr la sangre humana en medio de la algazara más salvaje, donde se hacía ostentación de crueldad prolongando el martirio de las víctimas…”
La masacre de Quinteros es un símbolo de resistencia y defensa de los valores colorados. Al recordar este episodio, reafirmamos nuestro compromiso en salvaguardia de la memoria y la verdad histórica.
Comentarios potenciados por CComment