Enseñar la historia local
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Por Leonardo Vinci
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joselopez99@adinet.com.uy

En el estudio de la historia local podemos encontrar un gran vacío, un desconocimiento por el entorno, por la construcción de identidad, por lo nuestro, lo inmediato, por lo que nos rodea, nos dice Claudia Liliana Monroy Hernández, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia de Colombia. A esto se suma la desmotivación de los estudiantes por no encontrar en los temas de estudio un reconocimiento a sus intereses, al no verse identificados, ni reconocidos dentro de su contexto académico.
Pasan años de sus vidas como estudiantes en los cuales no se dedican ni unas pocas horas para pensar, estudiar y reflexionar sobre su municipio, su barrio, su vereda, su localidad; estos aspectos tan importantes pasan desapercibidos ante grandes contenidos como el estudio de Europa, Asia, África, América, ante las grandes etapas y edades de la historia, atrapados por los relatos que solo mencionan a heroicos personajes, y mientras tanto, no logran identificar a nuestro alrededor todo lo que hay que analizar, investigar, repensar e identificar para llegar a una enseñanza más pertinente y critica.
Dice también la docente colombiana que las historias locales, por lo general, buscan generar estrategias a través de las cuales potenciar las capacidades de nuestros educandos, las cuales pueden relacionarse con procesos de investigación, que transformen la vida escolar.
Una investigación que parta desde los intereses y necesidades de cada uno, donde exista un verdadero consenso frente a los temas y problemas que se intentan poner en evidencia, permitiría lograr que el estudiante sea más independiente, autónomo, recursivo, analítico y creativo, con posibilidades de superación, liderazgo y formación.
Estas construcciones y relatos del ámbito local permitirían que los estudiantes se reconozcan a sí mismos y se sientan miembros de una comunidad. La historia local se puede reproducir a través de testimonios que se encuentran en los archivos municipales o parroquiales, en las actas de las Juntas Departamentales, en las hemerotecas, pero también gracias a la tradición oral, la pintura, la arquitectura, entre otros, que forman parte de una experiencia compartida y significativa que relata su espacio social y material fortaleciendo la memoria, el sentido de la identidad y resignificando su entorno.
Esta enseñanza de la Historia, debería buscar identificar lo local para fortalecer los lazos sociales y apropiarse de las necesidades tanto físicas como culturales que nos permitan reafirmar nuestro papel de ciudadano comprometido con lo regional.
La generación de un nuevo tipo de conocimiento es una de las principales tareas, un conocimiento producido por los mismos estudiantes en compañía de docentes y familiares como principales actores de la tarea investigativa y del reto de reconocer lo local como una oportunidad para mejorar el proceso escolar y liceal.
Los trabajos de Historia local son el mecanismo a través del cual se construye identidad en los estudiantes y se le da un nuevo enfoque sobre su entorno para hacerlo más pertinente con sus necesidades. Por todo lo dicho anteriormente, fortalecer la enseñanza de la Historia Local en el proceso escolar e incluirla en el ámbito liceal será un importante desafío a asumir.
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