Entre alianzas, promesas y la necesidad de respuestas concretas
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Por Pedro Rodriguez
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Estamos en la recta final de la campaña electoral para las elecciones departamentales, y, como era de esperarse, las estrategias políticas comienzan a intensificarse. Uno de los aspectos más visibles es la formación de alianzas entre actores políticos que, hasta hace poco, parecían irreconciliables. De un lado y del otro, del Frente Amplio o la coalición multicolor, vemos figuras que han cambiado de sector, de lista o incluso de partido, generando sorpresa y seguramente hasta desconfianza en el electorado.
¿Por qué ocurren estos movimientos? ¿Se trata de coincidencias ideológicas o de una búsqueda de cargos y posiciones estratégicas en el próximo gobierno departamental? Esas respuestas solo quedarán claras cuando se abran las urnas y se repartan los cargos.
En estos días de campaña, la emoción y el fanatismo juegan un papel clave. Las redes sociales están inundadas de discursos apasionados, con candidatos que buscan captar la atención del votante y mantenerlo "prendido" hasta el día de la elección. Sin embargo, lo realmente importante debería ser el debate de propuestas. ¿Qué hará cada candidato si llega al poder? ¿Cuáles son sus planes concretos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos? Hasta ahora, la mayoría de los discursos han girado en torno a la presentación de equipos de trabajo, algo novedoso en la política departamental, pero insuficiente si no se acompaña de planes claros y viables.
Algunos candidatos han empezado a marcar sus líneas de acción. Gustavo Chirif, por ejemplo, ha puesto el foco en el turismo y la cultura, sectores clave para el desarrollo de Salto. Carlos Albisu ha sido más enfático en la necesidad de "levantar" el departamento, señalando que está en una situación difícil y comprometiéndose a trabajar para revertirlo. Por otro lado, Albisu han destacado la importancia de la unidad entre los salteños más allá de las diferencias partidarias.
Uno de los momentos más interesantes de la campaña hasta ahora ha sido la intervención de Marcelo Malaquina, quien no solo desmintió el relato de que el Gobierno Nacional ha dejado de apoyar a Salto, sino que además mostró cifras concretas: en 2023, el departamento recibió un 40% más de fondos en comparación con el último año de la administración frenteamplista. También aseguró que la intendencia no está fundida, que recibe 250.000 dólares diarios y que, en unos días, explicará en detalle en qué se ha gastado ese dinero. Sus declaraciones han generado ruido y sería interesante escuchar la respuesta de Álvaro Lima, Ramón Fonticiella y Gustavo Chirif.
Sería interesante que en esta campaña los candidatos no solo presenten equipos y discursos motivadores, sino que expliquen en detalle cómo piensan solucionar los problemas estructurales de Salto. Entre los temas clave que deberían abordar, destacan:
La deuda de la Intendencia: ¿Cómo planean sanear las cuentas ? ¿Habrá auditorías para conocer con exactitud el estado financiero?
El futuro del "rubro cero" (los gastos en sueldos y salarios): ¿Se mantendrá el mismo esquema o se buscará reducir costos?
La gestión de residuos y el basurero: ¿Qué soluciones hay para mejorar el servicio de recolección y disposición final de los desechos?
Inversiones y obras: ¿Qué proyectos tienen en mente y, más importante aún, de dónde saldrá el dinero para financiarlos?
A medida que la campaña avanza, el gran desafío para los candidatos será presentar planes claros y realistas que convenzan al ciudadano común, ese que no vive de la política ni se beneficia de acuerdos entre sectores, sino que simplemente quiere un gobierno eficiente que mejore su calidad de vida. Porque, al final del día, más allá del folclore electoral, la verdadera pregunta que importa es: ¿quién tiene las mejores soluciones para Salto?
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