Es, entonces, una fiesta de los valores cristianos
-
Por el Lic. Fabián Bochia
/
fbochia@laprensa.com.uy
El compromiso del Diario con los lectores, la responsabilidad de La Prensa, hace que también hoy, vísperas o a horas de la Navidad, se lleve adelante la tarea de escribir, algo que nos caracteriza desde 1888, vaya tiempo con dos épocas claramente marcadas.
Antiguamente estas fechas eran de celebración, pero en los últimos tiempos los amigos psicólogos han ido tomando la posta y aparecen informes de gente que está sola, que recuerda a sus seres queridos a los que perdió, que se enfrenta a la soledad de familiares que los ignoran sobre todo si no tienen nada para sacarles (que nos perdonen la crudeza) lo que va armando todo un entramado de problemas que antes no se veían o se disimulaban bajo los efectos del turrón y la sidra. Hay otro fenómeno que nos empieza a hacer cosquillas y algo más y es la falta de niños por lo que la alegría típica de los gurisitos se va perdiendo en la medida que todos somos adultos, algo que se va a acentuar en el futuro. Increíblemente nunca el hombre estuvo tan comunicado pero nunca estuvo tan solo. Asoman problemas por todos lados, abuelos en geriátricos donde nadie los va a ver, parejas que se arman y desarman con la velocidad de una ola y así, también, hijos que pagan el pato de no saber con quién pasar o que terminan siendo el trofeo de guerra del que logra la tenencia por una de las fiestas, o por la noche de hoy, o el almuerzo de mañana, entonces lo que antes eran las fiestas ahora son situaciones complejas que asoman como desafíos en cada momento.
Un buen amigo que trabaja en la salud me pide que diga que la gente se cuide. "Mirá, cada vez que suena el teléfono nos ponemos nerviosos, no es que no estemos preparados, sino que no queremos que se le arruine la noche a una familia por un accidente evitable con fuegos artificiales, o con todo lo que implica el famoso corchito que hacen volar y puede terminar en un ojo, ni hablar de los accidentes en moto o auto por ingesta de alcohol cuando se va a saludar a un familiar, a un amigo, o esas reuniones de compañeros antes de las celebraciones que conllevan abundante alcohol."
Porque lo primero que podemos pedir, en caso de que se pueda reunir a la familia, a los amigos, de poner algo en la parrilla, es que se pase en forma tranquila, sin problemas haciendo nada más que una reunión social y brindando y quedándose en casa, porque todos sabemos que hay una guerra declarada al alcohol en la medida que se maneje y no queremos que pase nada.
Hace años muchos años, cuando llegó el Papa Juan Pablo II a Salto el escribano Enrique Cesio, que presidía la comisión que trabajaba en esa instancia histórica, dio una frase que nos quedó grabada. "Más allá de todo esto es una misa", claro que la daba el más importante de los católicos en el mundo, nada menos, pero no dejaba de ser una misa. Y esta noche no deja de ser la celebración cristiana de la llegada del hijo de Dios, por lo tanto es prioritario el festejo para todos los que creen en Cristo y practican los valores cristianos. No es una oda al cordero y al lechón, no es un torneo de sándwich y saladitos, ni una competencia de regalos y perfumes sino una clara fiesta de origen religioso que la comunidad adoptó como forma de reunión y celebración. Pues entonces, se crea o no en la medida que se festeje se debería dar prioridad a los valores cristianos; feliz Navidad entonces.
Comentarios potenciados por CComment