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El abandono escolar es un fenómeno que ha adquirido gran relevancia en las últimas décadas alrededor del mundo.

Al abandonar la educación formal, el alumno pierde también la oportunidad de aprovechar lo que el sistema ofrece como proceso de socialización, de educación en los valores cívicos, morales, democráticos, que luego el individuo pondrá en práctica durante la adultez, a la hora de vincularse con los demás. La falta de los padres y madres de acompañarlos en sus estudios es vivida por los jóvenes como una carencia importante que colabora a explicar parte de algunos fracasos o limitaciones. Debemos mirar la deserción como un fenómeno doloroso en la vida de las personas, que afecta la construcción del proyecto de vida, e incide en la propia autovaloración del sujeto.

El abandono escolar es un fenómeno que ha adquirido gran relevancia en las últimas décadas alrededor del mundo. Las consecuencias del mismo son preocupantes en una sociedad donde es clave para el desarrollo personal y social de los individuos, entre ellos el acceso a bienes materiales, culturales, al trabajo y sus beneficios derivados. El estudiante de enseñanza media se encuentra en un proceso de transición de la etapa de la niñez a la etapa adulta, en donde puede sentir más notoriamente el cambio de responsabilidades, exigencias, valoraciones, entre otros. Este cumple con un rol de estudiante que puede ser definido “...como la nota más distintiva de la última etapa de la socialización…” dándose este cambio de etapas en la vida de la persona. En Uruguay esta etapa culmina cuando el estudiante completa el ciclo básico, a la edad de 14 o 15 años dependiendo de la persona, de que no haya repetido ningún año de estudio y que no haya habido rezagos. A esta edad también es correspondida la autorización legal para que los menores de edad ante la ley (menores de 18 años de edad) puedan comenzar a trabajar con autorización de sus tutores o tutor, lo cual también podría transformarse en una causa para abandonar los estudios.

La falta de los padres y madres de acompañarlos en sus estudios es vivida por los jóvenes como una carencia importante que colabora a explicar parte de algunos fracasos o limitaciones. La presencia de la madre en el hogar es fundamental, pues, funciona como un reforzador de la permanencia escolar, verificando que a mejor clima educativo del hogar, aumentan las probabilidades de una mejor trayectoria educativa de los jóvenes. Las causas del abandono se vinculan con sus proyectos de vida, valores, aspiraciones y expectativas; la maternidad/paternidad y el trabajo, los efectos de grupo de sus pares y familias, las características de los centros educativos, los currículos y su organización, los métodos de evaluación, el rol de los docentes y demás autoridades educativas.

La educación media básica abarca el nivel inmediato posterior a la educación primaria y es obligatoria desde 1973. Se organiza en tres grados y el requisito de ingreso es haber culminado la educación primaria. La oferta educativa pública está concentrada en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) gestionada a través del Consejo de Educación Secundaria (CES) (liceos públicos); el Consejo de Educación Técnico y Profesional (CETP-UTU) (escuelas técnicas y agrarias con educación media básica) y el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), escuelas rurales con 7°, 8° y 9° grado. A su vez, la ANEP implementa, en convenio con otras instituciones públicas, un número de programas dirigidos a poblaciones específicas que no culminaron el ciclo. Todo pensando en evitar la deserción que es un drama educativo, social, cultural y que no deja de ser una vía directa al abandono, la droga y el delito, justo todo lo que queremos erradicar en nuestra sociedad.

 

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