El pasado jueves, in situ desde la ciudad de Artigas el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone acompañado del subsecretario de la cartera, Martín Vallcorba, anunciaron en conferencia de prensa 5 medidas para dar combate a la diferencia cambiaria que ese departamento está sufriendo en la frontera con Brasil. Esta situación provoca un éxodo diario de uruguayos que adquieren bienes y servicios al otro lado del Río Cuareim.

Estimado lector, ¿No le suena familiar esta situación? Esto es exactamente lo mismo que padecieron los departamentos del litoral como Río Negro, Paysandú y Salto entre el 2022 y 2023 con la brutal diferencia de precios que teníamos con la República Argentina. Con colas interminables de autos para ir y para volver en el paso fronterizo de Salto Grande, lo que determinó una profunda crisis económica del litoral, en donde muchos comercios no pudieron sostener sus estructuras, teniendo que despedir empleados, o incluso cerrar las puertas de sus negocios.

Durante ese periodo la diferencia cambiaria entre Uruguay y Argentina alcanzó niveles críticos, lo que fue medido con seriedad por el Observatorio Económico de la Universidad Católica, Campus Salto, con el índice que construyeron denominado IPF (Índice de Precios Fronterizos). El mismo observatorio que desde hace meses viene alertando de la diferencia con Brasil. Estos trabajos desarrollados por la Ec. María José Medin y la Ec. Gimena Abreu han sido desarrollados con magistral método y exactitud. 

En aquel entonces, el Centro Comercial e Industrial de Salto (CCIS) lideró múltiples iniciativas para visibilizar la problemática y exigir respuestas concretas al gobierno nacional. Entre las medidas reclamadas se encontraba la implementación de una política fiscal diferencial, que contemplara exoneraciones de IVA, rebajas en aportes patronales y cargas impositivas. Asimismo, se solicitó la creación de un régimen aduanero especial que facilitara la importación directa de algunos bienes por parte de comerciantes fronterizos, permitiéndoles ofrecer precios más competitivos. También se propuso establecer incentivos para el consumo local, como sorteos, tarjetas de descuento o devolución parcial de impuestos en compras dentro del país.

El CCIS reclamó una política de frontera específica, que incluyera medidas coyunturales y estructurales, entendiendo que la diferencia cambiaria no era un fenómeno nuevo, pero sí más acentuado en aquel momento. Fue un largo peregrinar el que dieron las autoridades del CCIS, en aquel entonces encabezados por la Cra. Vera Facchín, en donde no existió oficina gubernamental a la que no le hayan tocado la puerta.

El presidente Luis Lacalle Pou reconoció públicamente las dificultades que enfrentaba el gobierno uruguayo para implementar medidas profundas ante la diferencia cambiaria, llegando a admitir que "competirle a Argentina es imposible" debido a la gran diferencia de precios que existía. Señaló que el gobierno contaba con "pocas herramientas" para combatir el atraso cambiario y mejorar la competitividad. Creo que la situación del déficit fiscal heredado luego de los 3 lustros del Frente Amplio, que llegó casi al 5% del PBI lo tenía atado de manos, y Arbeleche era inflexible ante el déficit.

Hoy Oddone, que recibió un menor déficit, de 4,1%, parece estar dispuesto en la frontera con Brasil a la renuncia fiscal con reducciones de IVA, a la ampliación de la reducción del IMESI a las naftas, a habilitar un régimen de microimportaciones para determinados productos y a la reducción de hasta el 75% de los aportes patronales al BPS. Estas eran justamente, algunas de las medidas que reclamaba el CCIS en su peregrinación hace 3 años. 

El ministro estima un costo de 3 millones de dólares anuales como impacto de estas medidas, seguramente el impacto de realizar esto mismo en la frontera con Argentina sería mucho mayor, en función de que en esta frontera viven casi el doble de uruguayos que en la frontera con Brasil.