Rey de reyes
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Por Gabriel Paique
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En el país de los ciegos, el tuerto es rey y que viene del Siglo XVI, como para ilustrarnos situaciones que ya se podían dar, que hoy también son parte de nuestra vida.
La frase se le atribuye a Erasmo de Rotterdam, importante filósofo, humanista y teólogo neerlandés del Renacimiento, por allá en el año 1522. En algunas ocasiones o momentos que nos ponemos a pensar sobre distintas situaciones, es una frase que generalmente se utiliza para ilustrar de aquellos que uno piensa que no cuentan con mayores distinciones, pero que finalmente aparecen para coronarse y es parte de nuestra historia diaria.
“En el país de los ciegos, el tuerto es rey” puede significar que alguien se destaca en algo sin ser bueno, pero sin mayores virtudes o quizás con su capacidad de seducir, puede llegar a ocupar el sillón. Es que no siempre los mejores o lo que nosotros creemos que lo son, pueden llegar a convertirse en rey. Como en el juego de las cartas, hay que saber los movimientos y saber las reglas del juego, para darle el mayor valor , para que se convierta el rey real.
Quizás la frase de más de 500 años, pueda significar lo que también en algún momento se pudo observar y en el mundo del juego, el que mueve mejor el mazo, pude lograr la ventaja necesaria para quedar con la carta que tenga el mayor valor.
Hay cosas que el ciudadano común, el que vive de la diaria, casi que no tiene el tiempo para tener una mirada de como lograr contar con la mejor carta, esa que le abra la posibilidad de a pesar de tener un salo ojo, pueda tener una mejor mirada y quizás desde ahí, esa frase perdura, se mantiene, como para que cada tanto tengamos la posibilidad de recordar la historia.
El tiempo también es parte de saber contar con la paciencia necesaria, de hacer valer la carta en el mejor momento y siempre habrá dos visiones, como para que la duda nos vaya haciendo pensar de que lado está lo mejor, mientras tanto la vida continúa, las generaciones van cambiando, por lo que el tren hay que tomarlo en la estación correspondiente.
En este mundo que no se detiene y que se va transformando en forma continua, que tenemos que ir acomodando el cuerpo, para no quedar relegados a las nuevas historias, aunque se mantiene aquello de que “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”. Cada día, cada cambio, parece que está todo estudiado y nada librado al azar, no dejar algo a la suerte, sino que detrás siempre hay un plan o control.
Quizás en algún momento nos colocamos sin saber la corona y fuimos por un momento el “tuerto”, como por arte de magia o la casualidad nos iluminó para llegar al sillón.
En los distintos órdenes de la vida, siempre estará aquello que alguien que mueve mejor las cartas, tiene la posibilidad de ganar y no precisamente es el mejor, pero en definitiva es quien logra los mejores movimientos, para quedarse con la corona, hasta que en algún otro momento, el juego lo deje sin las muestras de las cartas.
La historia siempre nos muestra que más allá de los cambios que se puedan dar, siempre estará aquel que se aprovechará de barajar y dar de nuevo, en un mundo cada vez más competitivo, donde a pesar de ser “tuerto”, sigue siendo el rey.
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