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Es una instancia histórica que Salto, en el interior y en el norte,  sea el tercer departamento, luego de Montevideo y Canelones en formalizar una alianza electoral y acuerdo programático entre los Partidos Nacional y Colorado principalmente. La capital de la república y el departamento canario forman parte de la zona metropolitana, es la población y ciudadanía mayoritaria del Uruguay, es el sur del país, la ciudad puerto, industrializada y zona de producción intensiva del país. Antes Montevideo era coto exclusivo de colorados y Canelones llamada “la vaca lechera” del Batllismo, ahora columna central del progresismo y el Frente Amplio. Ni la experiencia departamental del Partido de la Gente primero o la Coalición Republicana después han logrado arrebatarle el poder a los frenteamplistas en los dos municipios más importantes en cantidad de gente y fuerza económica del país.

La Coalición tuvo su bautismo de fuego a nivel nacional obteniendo el gobierno en 2020 con la presidencia de Luis Lacalle Pou. Contra viento y marea hizo un gran período por los contenidos y las formas. Lamentablemente, a pesar de la gran popularidad del actual presidente en funciones y del éxito de los números oficiales, y por los motivos que fueran, la Coalición Multicolor no retuvo el poder, lo perdió en manos de Yamandu Orsi, candidato del FA. Las fuerzas políticas que integran la Coalición de Gobierno fueron ampliamente mayoritarias en las Elecciones Nacionales por cien mil votos pero el candidato Orsi también fue ampliamente ganador del balotaje en noviembre, un mes después,  también por cien mil cotos. Se puede decir razonablemente que la Coalición ganó en Octubre y que Álvaro Delgado perdió en noviembre.

El martes se reunió la Convención Republicana de Salto y nominó a sus candidatos a intendente al nacionalista Carlos Albisu y el colorado Marcelo Malaquina. Como se sabe ambos partidos tradicionales ya han manifestado que no participaran con lema propio en las elecciones departamentales por lo que los correligionarios, simpatizantes y militantes partidarios deberán expresarse a través de los candidatos de la reciente y novedosa Coalición Republicana, por lo que el PC y el PN estarán en cuarteles de invierno, por ahora, a la espera de futuras resoluciones en cuanto a su condición y naturaleza partidaria electoral. Que yo sepa el Partido Comunista, el Socialista u otros integrantes y fundadores de la Coalición Frente Amplio son tan comunistas y socialistas en su constitución como frenteamplistas en su forma electoral. Exactamente lo mismo pasa con la Coalición Republicana de Salto respecto a blancos y colorados.

Así que ahora, Salto tiene el privilegio de inaugurar el sistema y la modalidad electoral de la CR para el interior del Uruguay. En su momento se pidió que se aplicara en todo el territorio nacional pero resultó posible solo en tierra salteña. Ya hubo arrepentimientos en Paysandu por no haberlo aceptado oportunamente, por ejemplo y se dice que el planteo será tenido en cuenta en todo el país para las elecciones de 2030. En Salto ocurrió aquello que la letra con sangre entra por el antecedente de las elecciones de 2020 cuando un mundo de colorados votaron abiertamente a los candidatos blancos pero que aún así no se pudo ganar la elección y la perdieron frente a la reelección de Andrés Lima, aquello fue suficiente para impulsar la Coalición Republicana del presente. En 2020 la sumatoria de votos de blancos y colorados era superior a la del Lema Frente Amplio y el intendente ya habría sido de entrada Carlos Albisu de haber existido la CR. La puja de entonces era entre Albisu y Coutinho, pero los dos sucumbieron ante el poderío electoral del integrante de la Dinastía Lima: juntos hubieran ganado pero separados perdieron. Lo mismo que hicieron a nivel nacional no lo lograron departamentalmente.

En mayo próximo no correrá Coutinho, alejado de la contienda electoral departamental, pero si se mantiene Carlos Albisu. Se agrega a la nómina Marcelo Malaquina. El pueblo blanco, colorado e independiente tiene dos excelentes candidatos a intendente para elegir en la contienda electoral, no solo para ganar y gobernar Salto, sino para derrotar a la Dinastía Lima en el poder hace dos largos períodos. Una cosa es tan valiosa como la otra y además son excluyentes.

Albisu ofrece una fórmula más política. Marcelo presenta un equipo técnico. Cualquiera que gane la interna partidaria (ahora de la CR) necesitará del otro en la conformación del futuro gobierno, su gente, sus políticas, sus ideas, su gestión, tanto en el ejecutivo como en el legislativo.

Los independientes anti lima y no pertenecientes a ningún partido tienen una gran oportunidad para hacer la diferencia. ¡El FA significaría más Lima por 5 años más!

Los blancos y colorados pueden optar indistintamente, ahora se trata de la Coalición Republicana como lema continente. En esta instancia, como ya lo hicieron en el pasado, Albisu puede ser tan votable como Malaquina, sin perder identidad ni traicionar a los próceres, o acaso no es notorio que incluso candidatos colorados se cruzaron con Albisu en varias oportunidades del pasado reciente. No hablemos de instancias muy atrás en el tiempo con blancos que votaron a Barbieri, por ejemplo. O de los colorados que apoyaron al Cr. Eduardo Minutti, o ¿sino por que razón el punto colorado en el logotipo de la lista 92 en las elecciones de su época?

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