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Las elecciones en Salto son como un partido de fútbol uruguayo: impredecibles, llenas de emoción y con momentos que pueden cambiar todo en un instante. En el fútbol, Uruguay ha demostrado que no siempre gana el más grande o el más fuerte, sino el que juega con garra y corazón. En la política salteña, pasa algo similar: no siempre gana el partido que parece tener más ventajas, sino el que logra conectar con la gente y adaptarse a las circunstancias.

En Salto, las elecciones departamentales muchas veces no siguen la lógica nacional. Aunque en el pasado era común que el partido que ganaba la presidencia también ganara la intendencia, hubo excepciones. Por ejemplo, en los años1970, Néstor Minutti, del Partido Nacional, ganó la intendencia mientras el país tenía un presidente colorado. Algo parecido pasó años después, cuando Germán Coutinho, del Partido Colorado, ganó en Salto durante un gobierno del Frente Amplio.Esto muestra que los salteños votan con independencia y piensan en lo que mejor les conviene a ellos, no solo en lo que pasa a nivel nacional.

En 1996, la reforma electoral separó las elecciones nacionales de las departamentales y estableció que cada partido debía presentar un solo candidato a la presidencia y hasta 3 a las intendencias. A pesar de estos cambios, en Salto se siguió viendo una dinámica especial. En las últimas elecciones, el Frente Amplio ganó, pero no solo por sus votos, sino porque el Partido Nacional y el Partido Colorado no lograron unirse. Juntos, estos dos partidos tienen el 60% de los ediles en la Junta Departamental, pero al no ir juntos, el Frente Amplio se llevó la victoria.

En esta campaña, hay varios temas que estarán en discusión. Uno de ellos es la designaciones directas  de funcionarios por afinidad política. Andrés Lima designó a 600  personas aproximadamente en la intendencia, mientras que Carlos Albisu nombró 37 en CTM. Aunque Albisu designó menos, su caso generó más polémica. Esto muestra que en política, no siempre los números grandes son los que más llaman la atención..

Otro tema clave es la deuda de la Intendencia, que llega a 55 millones de dólares, tres veces más que en el gobierno anterior. ¿Será esto lo que más preocupe a los votantes, o habrá otros temas que pesen más?

En estas elecciones, hay candidatos con mucha experiencia, como Ramón Fonticiella, Gustavo Chiriff, Carlos Albisu, y diríamos Álvaro Lima quien repitió la diputación, dos de ellos ya fueron intendentes. Pero hay un candidato nuevo, Marcelo Malaquina, que no tiene el desgaste de haber gobernado antes. Para algunos, esto podría ser una ventaja, ya que llega sin mochilas del pasado.

La historia de Salto nos enseña que en política, como en el fútbol, todo puede pasar. Las estructuras de poder siempre cambian. La Lista 1 fue vencida por Coutinho, quien luego construyó su propio poder. Pero su estructura también cayó, esta vez ante Andrés Lima. Ahora,  la estructura de Vamos Salto fue derrotada por Malaquina en las elecciones internas partidarias , y junto a Horacio de Brum en las nacionales con Pedro Bordaberry incluido. 

Salto nos ha demostrado que en política, como en el fútbol, la última palabra se tiene al terminar el partido. ¿Albisu o Malaquina?¿Será esta la elección del cambio o se reafirmará lo que ya conocemos? Al igual que en el Maracaná, la garra y el corazón serán los que decidan el resultado.

 

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