"Segundo, no nos maten"
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy
Bryan Stern fue galardonado con el corazón púrpura por el Ejército de los Estados Unidos.
Tiene contactos con inteligencia de varios países y normalmente planifica todo, hasta el mínimo detalle, según las agencias a las que hemos accedido. Pero hay dos cosas que se escaparon, una la sabía, la otra se la dio la propia heroína, la mujer que enfrentó sola a la innombrable dictadura de Maduro, María Corina Machado. Es que Stern sabía que podían ser atacados por los propios marines de USA confundiéndolos con narcolanchas, lo que no previó es que las olas de tres metros que servían para confundir los radares harían que Corina Machado perdiera su GPS. Justo a él que tiene todo súper planificado. Pero bueno, lo cierto es que esta mujer que es un emblema de coraje y patriotismo llegó a Oslo pero para eso vale esta historia.
Para sacar a María Corina Machado de Venezuela y llevarla hasta Noruega para que recogiera su nobel de la Paz, se necesitó la intervención de la Grey Bull Rescue Foundation, un equipo de rescate privado estadounidense que la llevó a través del mar Caribe en unas durísimas condiciones, con olas de hasta tres metros.
Según The Wall Street Journal, Corina Machado de Venezuela se subió el martes a un barco pesquero con destino a Curazao. En ese pequeño país aterrizaría más tarde un avión privado procedente de Miami, donde se montó la opositora venezolana el miércoles sobre las 06:40 horas de la mañana. Aterrizó en Bangor (Maine, noreste de EEUU), y desde ahí puso rumbo definitivo a Oslo.
Fue la primera parte, el viaje marítimo por el Caribe, la fase más crítica de la extracción de Corina Machado de Venezuela. Esa travesía duró unas 12 horas y en ella la opositora perdió su GPS al caerse este por la borda producto del mar embravecido. Estuvo incomunicada, no pudo reunirse con el equipo de extracción en el punto de recogida designado y se desencadenó una carrera frenética para encontrarla.
Corina Machado salió de su escondite en un barrio de Caracas el lunes, disfrazada con una peluca. Así debía reunirse con Grey Bull en un pueblo pesquero y se uniera en un punto del Caribe con otros agentes, desde donde la llevarían a Curazao. Fue en ese primer trayecto en el que Corina Machado perdió el GPS, aunque pudo encontrar al barco principal de Grey Bull. Los agentes escogieron un barco deteriorado para diferenciarlo de las narcolanchas que EEUU ha estado atacando los últimos meses en el Caribe. De hecho, ser bombardeado por Washington era una de las preocupaciones de Grey Bull.
El líder de la operación Bryan Stern, veterano de las fuerzas especiales estadounidenses y director de la Grey Bull Rescue Foundation, avisó a sus contactos estadounidenses de su viaje por el Caribe. “Primero, vigílennos. Segundo, no nos maten. Y tercero, si están haciendo algo, avísennos y nos apartaremos”.
En declaraciones a la CBS, Stern asegura que la operación fue “peligrosa”, que “daba miedo” porque las condiciones del mar “no eran aguas en las que uno quisiera estar”. Escogieron un día con mar revuelto para impedir que los radares les detectasen. “No se trata de un comerciante cualquiera que ya no quiere estar en Venezuela. Se trata de una estrella de rock que se mueve por ahí [...]. Tiene un objetivo muy grande en la espalda”, señaló Stern. “Mover a María es como mover a Hillary Clinton”.
Stern es un veterano del Ejército y la Marina de EEUU, galardonado con el Corazón Púrpura (condecoración militar a heridos o muertos en combate) y fundador en 2021 de Grey Bull, una organización que ya ha llevado a cabo rescates privados en zonas como Afganistán o Gaza. También trabaja en Venezuela y ha establecido una base cerca de la isla de Aruba para evacuar ciudadanos estadounidenses de la región.
La operación para extraer a Corina Machado fue financiada por inversores privados y no por Washington, aunque Stern mantiene contactos muy cercanos con los servicios de inteligencia estadounidenses.
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