Sobre el comportamiento ético en la web
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Desde que nos levantamos hasta que llega la hora de descansar, estamos siempre de prisa. Vivimos de la inmediatez, si el celular tarda en cargar o la fila de coches no avanza, entre otras situaciones diarias, nos desesperamos y estresamos. Debemos decidir el tiempo dedicado a navegar en la red y definir cómo, cuándo, cuánto y para qué se utiliza. Analiza los problemas del ser humano, persiguiendo la construcción de unos principios, valores, deberes y derechos que guíen los comportamientos en la red. Cuando hablamos Comportamientos Éticos nos referimos a la implicación de tecnologías en el desarrollo para la convivencia que aseguren los derechos del ciudadanos cada vez más digitales. Reflexionar en torno a las posibles formas de resolver cada situación con responsabilidad personal y social para un mundo pacífico y sostenible y con la motivación y voluntad de preocuparse por el bien común.
Entender cómo afectan a otros mis acciones hace a un comportamiento ético. Cuando se pone detrás de una computadora, se olvida de lo que hace que afecta a otras personas. Se le llama "ciberdesinhibición", es la forma en que tratamos a los demás en línea no son los mismos de cómo los trataríamos en persona. Ello se debe a la retroalimentación inmediata. Nuestro cerebro fue diseñado para interacciones cara a cara, durante las cuales nuestros centros emocionales operan rápida e inconscientemente, para captar una gran variedad de información de la otra persona y enviar impulsos sobre cómo responder: qué decir y qué hacer. Las interacciones en línea carecen de este retroalimentación en tiempo real. En línea no recibimos ninguna de las señales necesarias para la empatía emocional.
En cambio, tenemos que confiar en la empatía cognitiva. Esto significa que captamos poco o nada de lo que siente la otra persona, y reaccionamos principalmente a lo que escriben o publican, no hacemos el esfuerzo en línea para comprender la perspectiva de la otra persona, o cómo una respuesta dada podría hacerla sentir. La distancia social de Internet puede convertir rápidamente nuestros peores impulsos en palabras y acciones que nunca pensaríamos o haríamos en persona, como filtrar fotos íntimas, bullying y otras formas de acoso virtual. Conocer y ejercer los derechos en el entorno digital quiere decir que debemos ser responsables, reconocer y ejercer los derechos para la construcción de un entorno digital seguro, conocer qué organismos y mecanismos existen para la protección de esos derechos. Los mismos están muy ligados a la libertad de expresión y la privacidad, permiten a las personas acceder, usar, crear y publicar medios digitales, así como acceder y utilizar ordenadores, otros dispositivos electrónicos y redes de comunicaciones.
La hiperconectividad que facilita el 5G, la recopilación de datos con dispositivos del Internet de las Cosas, el análisis de los mismos para su procesamiento, generan la regularidad de ese tráfico de información garantizando los derechos de las personas. Esto incluye los sitios web que se visitan y los correos electrónicos y la información que envías en línea. Se usa la huella digital para rastrear las actividades y los dispositivos en línea de una persona. Los usuarios de Internet crean su huella digital de forma activa o pasiva. Debemos ser conscientes del alcance y de la construcción de la huella digital, tanto propia como ajena, conformada por rastros de información sobre creencias, valores, habilidades, intereses, hobbies, ubicación e imágenes.
Pensemos finalmente en la construcción de la identidad digital. Son plataformas en las que es posible hacer nuevos contactos y encontrar buenas oportunidades de negocio, Si una empresa o marca ya tiene presencia on line con una identidad bien definida, es imperativo que eso suceda, lo básico para una supervivencia profesional y comercial estar presente en este medio.
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