Para muchas personas politizadas de este departamento, los días que pasan son especiales. Transcurren entre la alegría de apoyar el gobierno nacional, la incertidumbre de asistir a una posible guerra internacional con el intendente electo en el frente de batalla, y la incertidumbre de qué departamento gestionará Albisu cuando cruce el Daymán.

Pareciera que los conceptos no tienen relación entre sí, pero se desarrollan a la vez  en esta pequeña sociedad. El retorno seguro del Dr. Albisu, está fuera de dudas; ojalá lo estuviera de la misma forma parar el genocidio en  Gaza, pero ese tema no pasa por Salto.

La satisfacción de ayudar a sostener una necesaria forma de gobierno nacional popular, es el sol que brilla en la bruma. Son tantas las acciones que ya se ponen en marcha desde Presidencia y Ministerios, que bueno sería que todos los que trabajamos por este gobierno nos dedicáramos a difundirlas y explicarlas. Lamentablemente no todos captamos cuál es la dimensión de ser Gobierno Nacional, y cuáles los alcances a remarcar o a cuestionar. La reconstrucción de un Uruguay para todos, pasará fundamentalmente por mejorar la calidad de vida de los habitantes. Se logrará consolidando mejores salarios, políticas de frontera, diálogo por la Seguridad Social, cuidando las clases y franjas más desvalidas, y fortaleciendo lo lazos entre el frenteamplismo y las organizaciones progresistas. Los reclamos de políticas internacionales más declarativas por los derechos de los débiles, no serán decisivos en este instante.

Demasiados cascotes caen (o son arrojados) sobre personalidades, conductas y presuntas acciones negativas de figuras icónicas, para tirarnos otros. La izquierda uruguaya, que gobierna el país, está en contra del genocidio en Gaza y de todas las matanzas y persecuciones políticas, religiosas y étnicas. Enfrentarnos para exigir que lo reclame mundialmente, con nuestra pequeña voz cargada de dignidad, no nos hará más fuertes en ningún terreno. Si conservamos las fuerzas para transmitir y consolidar logros domésticos, seremos más eficientes.

Convoco a los progresistas de la esquina de “río Uruguay y río Daymán”, a consensuar en qué reclamamos ya al gobierno de Salto que ha votado la mayoría. Hasta ahora sólo se ha visto más de lo mismo. Desde las tierras bíblicas el intendente Albisu convoca a un “gobierno de salteños”; pero sus actores locales siguen sembrando discordias. Agravian a los frenteamplistas poniendo en la misma bolsa a quienes entienden que obraron mal y quienes han desarrollado acciones y mensajes transparentes. No es tolerable esa postura en un gobierno que aún no ha dicho qué construirá, con quiénes trabajará y cómo manejará la Intendencia (ojalá no sea como CTM). Falta menos de un mes para que la administración sea operada por quienes, por ahora, sólo marcan fallas que no son muy diferentes a las que le costó el gobierno nacional a su partido.

¿Para qué se hizo una transición, o no la hubo? No se profundizó en –por ejemplo- el tema de los 300 cargos que ahora han sido confirmados por la Intendencia?

Salto no puede seguir viviendo de peleas. O gobiernan con soluciones…o todo sigue como está y faltó verdad en el discurso…