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“Mientras haya dos cuerpos en el espacio, en algún momento se chocarán”, decía el Dr. Campos, integrante del Comité de Acción Médica (CAM) y del Grupo Interinstitucional contra los Siniestros de Tránsito (GILCOSIT). Y tenía razón. Esa frase simple y contundente resumía la urgencia de actuar en un área donde el descuido se paga con vidas.

GILCOSIT fue un ejemplo de construcción colectiva. Reunía a todos los actores involucrados en el tránsito: médicos, autoridades, ediles, policías, docentes, comunicadores y más. No importaba el partido ni la ideología. Lo único que importaba era una causa común: proteger la vida. Una de las decisiones más importantes de este grupo fue impulsar la obligatoriedad del casco protector en Salto, mucho antes de que existiera una ley nacional. Fue una batalla dura, donde la lógica chocaba con la costumbre.

Los doctores Campos y Boucq

Los médicos como el Dr. Campos y el Dr. Boucq cumplieron un rol fundamental. Visitaron localidades, hablaron en los medios y explicaron, con paciencia y claridad, que el casco no es un accesorio, es un salvavidas. En paralelo, los legisladores que defendían la medida enfrentaron resistencias, críticas, e incluso recolección de firmas en contra.

“No me puedo peinar si tengo que usar casco”

Algunos argumentos hoy parecen insólitos: desde la “libertad responsable” hasta “no me puedo peinar si tengo que usar casco”. Hubo momentos tensos, pero con convicción, se logró que la Junta Departamental modificara el decreto que solo obligaba a usar casco hasta los 18 años, y lo extendiera a todos los motociclistas.

¿Cuantas vidas se salvaron?

Hoy nadie discute que el casco salva vidas. Es parte natural del vehículo. Y aunque no se puede contar con exactitud cuántas vidas se salvaron, un estudio del Centro Médico de Salto confirmó que las lesiones en la cabeza disminuyeron drásticamente, así como los fallecimientos por traumatismos encefalocraneanos. Este artículo es un homenaje a quienes, desde distintos roles, pusieron la vida por encima de la política. A los que lideraron, a los que defendieron, a los que convencieron, y también a los que cambiaron de opinión y se sumaron.

Llamado al nuevo gobierno

Pero también es un llamado al nuevo gobierno y a todas las autoridades que asumirán funciones: el tránsito sigue siendo un tema urgente. Las estadísticas muestran que aún hay mucho por hacer. El desafío ahora es volver a unir todas las voluntades, como se hizo en su momento con GILCOSIT. Superar diferencias partidarias y trabajar juntos por una causa que nos atraviesa a todos. Porque cada decisión tomada con responsabilidad puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

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