El Estadio Centenario volvió a latir anoche, cuando Shakira ofreció el primero de sus dos shows, ante un público estimado en unas 50 mil personas. Entre ellos, según cálculos de quienes viajaron desde el norte, habrían asistido más de 500 salteños, muchos en excursiones especialmente organizadas para la ocasión. Predominaron las parejas y grupos de mujeres de alrededor de 30 años, que acompañaron cada canción como si fuera un himno generacional.

El espectáculo comenzó con retraso, tras varias horas de espera y un calor agobiante que incluso obligó a asistir a algunas personas. Pero cuando las luces finalmente se encendieron, el Centenario se transformó. Shakira desplegó un show de dos horas con un recorrido por sus éxitos de todas las épocas, desde los clásicos que marcaron sus inicios hasta los temas más recientes. Con 48 años, dejó claro con agilidad, presencia y voz por qué sigue siendo una de las artistas pop más influyentes de América Latina.

La pantalla gigante que atravesaba el escenario, de casi 50 metros de largo, permitió que incluso quienes estaban lejos sintieran que la artista les cantaba directamente. Coreografías precisas, un equipo que la acompañó con solvencia y un despliegue lumínico impactante hicieron del concierto una experiencia inmersiva y dinámica. Hubo momentos especialmente emotivos: cuando evocó las canciones que compuso en Uruguay, cuando incorporó ritmos locales o cuando se quebró levemente al interpretar “Última”. También se vivió un ambiente casi ritual cuando proclamó sus ya famosos mandamientos de “las lobas”, recibiendo como respuesta un aullido colectivo que estremeció al estadio.

Para esta noche, con entradas agotadas, se espera un escenario nuevamente colmado y otra fuerte presencia de público del Interior. Todo indica que, entre los dos shows, habrán viajado miles de uruguayos incluidos centenares de salteños para ser parte de una celebración que, para muchos, quedará en la memoria como una de las mejores noches de sus vidas.