El 27 de junio de 1973 fue un día muy triste para la nación. Terminaba un largo proceso en el que las instituciones, agredidas, finalmente cayeron. Para el Dr. Jorge Batlle, el golpe de Estado militar del 9 de febrero de 1973 lo promovieron los tupamaros. Mujica y su esposa integraron con sus compañeros de ruta, un movimiento armado que tenía por propósito ocupar el poder. "En 1962 cuando asaltaron el Tiro Suizo en el Uruguay reinaba la democracia, y a nadie se le ocurría que en el Uruguay había alguna necesidad de sustituir a las autoridades democráticamente electas por ningún movimiento revolucionario. No existe duda alguna en que si no hubiera habido guerrilla armada, no hubiera habido golpe de Estado militar. Los militares cometieron un gravísimo error, imperdonable. Habiendo derrotado a la guerrilla, algunos de ellos creyeron que les tocaba gobernar. Un error imperdonable, pero quien generó la situación para que esto sucediera fue la guerrilla."

Tan ciertas fueron sus aseveraciones, como las manifestaciones del "Che" Guevara en el Paraninfo de la Universidad en agosto de 1961 al decir en su discurso: "Cuando se empieza el primer disparo, nunca se sabe cuándo será el último". No lo escucharon. El Dr. Julio María Sanguinetti ha dicho que "no se pueden relatar los hechos, eligiendo unos y desechando otros arbitrariamente. Tampoco todos tienen el mismo valor en el terreno de la caída institucional. No es lo mismo el error político de un dirigente, por grave que fuera, que secuestrar a un embajador o fusilar a cuatro soldados por la espalda."

San Martin y Pellegrini sobre el Ejército

En aquellos tiempos tormentosos, la democracia herida se defendió y declarado el estado de guerra interno, se le encomendó a las Fuerzas Armadas combatir a la subversión. Fue entonces que se hizo realidad la sentencia de San Martín al decir: "El ejército es un león que hay que tenerlo enjaulado para soltarlo el día de la batalla". Y el tiempo le dio la razón a Pelegrini, quien afirmaba: "Esa jaula es la disciplina, y sus barrotes son las ordenanzas y los tribunales militares. Sus fieles guardianes son el honor y el deber. El militar tiene el privilegio de estar armado, en medio de los ciudadanos desarmados. A él le confiamos nuestra bandera. El militar jura sobre el puño de su espada, sobre esa hoja que debe ser fiel, leal, brillante como un reflejo de su alma, sin mancha y sin tacha. Por eso, señor, la palabra de un soldado tiene algo de sagrado, y faltar a ella es algo más que un perjurio."

Contra Almirante Zorrilla de la Armada Nacional

Lamentablemente, olvidando su juramento, el 9 de febrero de 1973 los militares -con la honrosa excepción de la armada nacional bajo las órdenes de aquel gran ciudadano que fue el Contra Almirante Zorrilla- desconocieron a las autoridades legítimas.

Apoyaron el golpe de "febrero amargo"

Los principales dirigentes del Frente Amplio y de la CNT, apoyaron el golpe de Estado de ese "febrero amargo". Lo hicieron decididamente y así quedó profusamente documentado. Bajo el influjo del canto de sirenas del "peruanismo", aplaudieron la salida a la calle de los tanques. No les pareció mal "ese" golpe de Estado. Pero aquellos polvos trajeron estos lodos... y debilitadas las instituciones, el 27 de junio fueron heridas de muerte. Ya era muy tarde. Agonizaba la democracia.

No podemos permanecer en silencio

A tantos años de aquellos desdichados acontecimientos- que condenamos con todas nuestras fuerzas- no podemos permanecer en silencio cuando desde la izquierda, a través del relato, pretenden hacerles creer a los más jóvenes que los tupamaros lucharon contra la dictadura o que quienes estaban presos en el Penal de Libertad antes del golpe de Estado defendieron la democracia, o que la dirigencia frenteamplista y los sindicalistas de la CNT se opusieron al alzamiento militar primigenio.

La izquierda fue cómplice del quebrantamiento institucional en febrero de 1973. Esa es la verdad.