Ayer domingo, la Plaza Treinta y Tres Orientales fue escenario de una jornada distinta y muy concurrida. A pesar del intenso calor que se hizo sentir en la ciudad, el espacio público se transformó en un punto de encuentro para familias, niños y jóvenes que se acercaron atraídos por una propuesta novedosa y entretenida. El movimiento constante y el clima de alegría marcaron la tarde y parte de la noche, consolidando a la plaza como un lugar de disfrute.

Autos y motos infantiles que despertaron curiosidad

La principal atracción fueron los pequeños autos y motos que seguramente serían eléctricas o a batería que circularon alrededor de la plaza. Equipados con luces de colores, música y diseños llamativos, estos vehículos despertaron rápidamente la atención del público. Algunos presentaban formatos novedosos; lo que sumó un atractivo extra y convirtió el paseo en una experiencia diferente tanto para quienes participaban como para quienes observaban desde los bancos.

Filas y un espectáculo para todos

La propuesta generó filas de personas que aguardaban su turno para acceder a unos minutos de paseo, previo pago de un ticket. La paciencia se vio recompensada con sonrisas, risas y momentos de disfrute compartido. Al mismo tiempo, quienes no se sumaron al recorrido también encontraron entretenimiento, ya que el ir y venir de los vehículos, las luces y la música ofrecieron un espectáculo agradable y dinámico.

Un espacio público que invita a quedarse

La iniciativa no solo brindó diversión, sino que también aportó vida y movimiento a la plaza.