La coalición republicana apuesta a revitalizar las comisiones vecinales como eje de la gestión barrial y la participación ciudadana.

Desde su reciente incorporación al gobierno departamental de Salto, Hoover Rosa dirigente de la coalición republicana ha asumido con entusiasmo la tarea de reactivar las comisiones vecinales, una estructura histórica que, según él, constituye el verdadero puente entre la ciudadanía y la Intendencia.

En una entrevista realizada en la sala de streaming de diario La Prensa, Rosa expuso su enfoque, objetivos y primeros pasos en el área. Su mensaje fue claro: “El contacto con el vecino es irremplazable y tiene que volver a ser el eje de la gestión pública local.”

“No hay que esperar al vecino en la oficina, hay que ir al barrio”

Desde que asumió oficialmente el 15 de julio, Rosa emprendió una intensa agenda de recorridas por los barrios de Salto. En apenas veinte días, ha visitado más de 35 comisiones vecinales, junto a instituciones educativas y organizaciones que participaron en el presupuesto participativo de la administración anterior.

“Me encontré con un área alejada de lo que queremos impulsar. Las comisiones vecinales habían sido relegadas, no se respetaba su legitimidad. Queremos revertir eso desde el minuto cero”, comentó Rosa. Su equipo que destaca por el compromiso del personal ha trabajado fuera de hora, reorganizando las jornadas laborales sin generar costos adicionales a la Intendencia, que atraviesa una situación económica delicada.

Participación sí, pero con legitimidad y organización

Para Rosa, es esencial que las comisiones vecinales vuelvan a cumplir su rol como representantes legítimos de los barrios. "No queremos soluciones individuales ni atajos por fuera de las comisiones. Las decisiones deben pasar por asambleas barriales", insistió.

Se ha encontrado con diversas situaciones: desde comisiones activas y bien organizadas, hasta otras desmanteladas o en zonas donde aún no se ha delimitado claramente el barrio, como en la zona del Volcán. Aun así, Rosa percibe una receptividad positiva por parte de los vecinos. “Hay que rascar un poquito. En el ADN salteño está el espíritu participativo”, afirmó, recordando gestiones anteriores como la del escribano Malaquina o Ramón Fonticiella, donde este vínculo se fortalecía activamente.

Los reclamos más frecuentes, calles, iluminación y basurales

Entre las inquietudes que más se repiten en los encuentros vecinales están el estado de las calles, la poda de árboles, la iluminación y la recolección de residuos. “Algunos barrios están completamente a oscuras porque les han robado el cableado”, lamentó Rosa. Sin embargo, su enfoque es claro: enviar señales de que la Intendencia está presente, incluso con gestos sencillos. “Si nos piden una poda o un foco, lo hacemos cuanto antes. A veces en 24 o 48 horas”, detalló.

Destacó también la coordinación con otras áreas del gobierno, como el trabajo de Omar Esteves en recolección. “Los basurales son un problema constante, pero estamos dando respuestas rápidas. Hay que hacer sentir al vecino que su reclamo no cae en saco roto”.

“El funcionario municipal está con la camiseta puesta”

Rosa subrayó el cambio de ánimo que percibe tanto en los vecinos como en los funcionarios municipales. “Antes no se veía al trabajador municipal en la calle. Hoy ves a la gente cortando pasto, limpiando, bacheando. Hay compromiso y ganas de trabajar”.

En su área, ha logrado acuerdos para reorganizar horarios y así cubrir recorridas barriales sin recurrir a horas extras. “Uno está de paso, por cinco años si el pueblo lo decide, pero el funcionario es permanente. Es del pueblo y debe brindarse al pueblo”, afirmó.

Presupuesto participativo y nuevas ideas, huertas, fiestas y más

Uno de los compromisos más firmes de Rosa es mantener el presupuesto participativo, aunque con algunos ajustes. “Quiero darle mi impronta. Es una herramienta que genera compromiso en el barrio y queremos que continúe”.

Además, busca impulsar proyectos como las huertas familiares y orgánicas. Ya comenzó visitas a experiencias anteriores y quiere retomar convenios con instituciones como UTU para que estudiantes realicen prácticas en electricidad, construcción u otras áreas, brindando a su vez un beneficio a la comunidad.

También propone una iniciativa cultural: “Barrio está de fiesta”, para celebrar aniversarios de barrios o comisiones vecinales. “Queremos que la gente tenga sentido de pertenencia. Que se sienta orgullosa de su barrio”, explicó.

Retos estructurales y sociales, plagas, basura y educación

Entre los desafíos más complejos, Rosa menciona el control de plagas, el saneamiento, y la persistencia de basurales en zonas críticas. Está evaluando opciones tecnológicas como cámaras o sistemas de multas pero también subraya que “todo esto necesita educación y conciencia”. Uno de sus principales objetivos es articular acciones con empresas y organizaciones para resolver estos problemas de raíz, siempre con el respaldo de las comisiones vecinales como actores centrales del proceso.

Una visión humanista desde el centro izquierda

Rosa, integrante del Partido Independiente, se define como un hombre de centro izquierda con fuerte vocación social. “Lo que estoy intentando aportar al gobierno es esa visión humanista. A veces el vecino te plantea problemas muy personales, y uno tiene que estar para escuchar y ayudar”, reflexionó. Insiste en que su trabajo no se trata solo de gestionar reclamos colectivos, sino también de canalizar gestiones individuales que pueden marcar una gran diferencia en la vida de una persona.

Proyección y metas a fin de año

De cara al cierre de 2025, Rosa se propone llegar al mayor número posible de comisiones vecinales, fortalecer su funcionamiento y formar nuevas donde haya vecinos interesados. “Tenemos cinco años por delante, Dios mediante, para trabajar en estos objetivos”. Una frase que resume su espíritu de gestión, “Los problemas están, pero la gente necesita soluciones, no excusas. Y la solución empieza de mi rostro para adelante.”