Justicia y Esperanza /
Los abuelos de Juana reclaman avances en una investigación que lleva más de tres años
En una nueva entrevista en el streaming de Diario La Prensa, Daniela Alzamendi y Sandro Thedy, abuelos de Juana una niña presuntamente víctima de abuso sexual por parte de su padre, compartieron la difícil travesía judicial que enfrentan desde hace más de cuatro años. La entrevista, cargada de emoción y reclamo, expuso las demoras y contradicciones de una investigación fiscal que apenas ahora comienza a moverse.
“Gracias a Dios ahora se empezó a mover”, expresó Daniela con esperanza, al relatar que finalmente fueron citados a declarar testigos los días 27 y 28 de noviembre. Entre ellos, las maestras y amigas de su hija, quienes tenían un vínculo cercano con la niña y habrían escuchado su testimonio sobre los hechos.
Una investigación que recién comienza a caminar
Los abuelos destacaron que la intervención de un nuevo juez, el doctor Rochón, significó un cambio importante en el caso. El magistrado suspendió las solicitudes de visitas por parte del padre acusado, al considerar que no podían autorizarse mientras la investigación de Fiscalía estuviera en curso.
“Eso lo vemos como algo positivo”, señaló Sandro. “Ahora por fin parece que se empieza a investigar como debía ser desde el principio”.
Según contaron, durante esas jornadas de noviembre declararon múltiples testigos: familiares, maestras, amigas de la madre y profesionales que acompañaron a la niña desde los primeros días posteriores a la denuncia. Sin embargo, advierten que aún faltan testimonios clave, como los de su pediatra y su psiquiatra.
Peritajes cuestionados y contradicciones entre informes
Uno de los puntos más delicados de la entrevista fue el cuestionamiento a un informe médico proveniente de Medicina Legal en Montevideo. El profesional a cargo, el doctor Hugo Rodríguez Almada, habría desestimado las pericias realizadas en Salto por médicos y psicólogos locales, sin haber visto personalmente a la niña.
“Ese doctor nunca la vio, nunca estuvo con la niña”, sostuvo Daniela con visible molestia. “No sabemos en qué se basó para tirar por tierra el trabajo de los profesionales de acá”.
Entre esos profesionales locales se encuentran el pediatra Marcelo Invernizzi, la psiquiatra Patricia Nava y la psicóloga Spinatelli, todos de reconocida trayectoria. Según los abuelos, ellos atendieron a la niña, realizaron seguimientos prolongados y emitieron informes consistentes que apuntan a la existencia del abuso.
Además, mencionaron la aparición de un segundo informe desfavorable, elaborado por la psicóloga Lorena, contratada por la parte del padre. “No sabemos cómo tuvo acceso a la carpeta investigativa”, comentó Sandro, insinuando irregularidades en la obtención de la información.
El impacto en la niña y en la familia
Más allá de los trámites judiciales, la conversación con La Prensa puso en evidencia el sufrimiento emocional de toda la familia. Daniela recordó los días en que su nieta debía concurrir a pericias psicológicas “Ella se ponía muy nerviosa, su mamá le decía que tenía que ir a charlar con una señora, pero la niña ya asociaba eso con momentos difíciles”.
Los abuelos reclamaron que se respete la decisión de no someter a la menor a más evaluaciones: “Ya hay suficientes pericias, ya está todo claro. ¿Para qué seguir si después no las toman en cuenta?”, dijo Sandro con indignación.
También expresaron su frustración ante la lentitud del sistema judicial. “Este hombre no está preso porque tiene dinero. Es así de claro”, denunció Sandro, mientras Daniela relataba que recién ahora, tres años después, el Ministerio del Interior acusó recibo de la denuncia inicial de su hija.
El apoyo social y la esperanza de justicia
Durante los días de audiencia, una multitud se acercó al juzgado para apoyar a la familia con pancartas y mensajes de aliento. “Nos da fuerzas para seguir adelante”, agradeció Daniela. “Hay gente que se nos acerca por la calle, nos pregunta cómo está la niña. Gracias a Dios, ella está muy bien, feliz, y eso es lo más importante”.
El respaldo popular también se hizo notar en redes sociales, donde se multiplicaron los mensajes de solidaridad bajo el lema “Fuerza abuelos”.
Un reclamo al Estado y a la política
Sandro y Daniela aprovecharon para reclamar mayor compromiso del Estado. “Escuchamos a los políticos decir que hay que proteger a los niños, pero ¿dónde están cuando un caso como este tiene todas las pruebas y no se actúa?”
Daniela, por su parte, lamentó la falta de empatía de algunos operadores judiciales, “A veces nos tratan como si los delincuentes fuéramos nosotros”. Ambos coincidieron en que su objetivo no es exponerse, sino proteger a su nieta y exigir justicia.
Planes a futuro, una marcha y nuevas audiencias
El proceso judicial continuará con nuevas declaraciones, entre ellas las del médico de Medicina Legal y la psicóloga vinculada a la defensa del padre. La defensora de la niña, Estela Menoni, también fue citada. Los abuelos esperan que la fiscal finalmente procese al acusado: “Con todas las pruebas que hay, no debería quedar duda”, sostuvo Sandro.
Además, anunciaron que están planificando una marcha pacífica junto a otras familias que atraviesan situaciones similares. “Queremos hacerla para visibilizar que no somos los únicos. Hay mucha gente que está pasando por lo mismo”, dijo Daniela.
Un cumpleaños entre sonrisas y cicatrices
Juana acaba de cumplir seis años. “Lo festejó en la escuela, estaba feliz con sus compañeritos”. “Nosotros la mantenemos fuera de todo esto, queremos que siga siendo la niña feliz que es”.
Ambos abuelos insistieron en que su lucha no busca revancha, sino protección. “Cuando sea grande, ella decidirá si quiere ver a su padre o a sus otros abuelos”. “Pero ahora es nuestra responsabilidad cuidarla y acompañar a nuestra hija”.
Sandro agregó, “Nosotros, y también el Estado, tenemos el deber de proteger a los niños mientras son niños. Es vergonzoso que eso no se esté cumpliendo”.
Una batalla por la verdad
El caso de Juana es uno más entre tantos que ponen a prueba la sensibilidad y eficacia de la justicia uruguaya frente a los delitos de abuso infantil. La voz de sus abuelos resuena como la de muchos que no se rinden.
“Recién empieza la investigación”, dicen, aferrados a la esperanza de que esta vez sí haya justicia.
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