
Mercedes Margall /
“Todos somos capaces de bailar”
Mercedes Margall, directora de la Escuela Departamental de Ballet de Salto, compartió en una entrevista exclusiva con La Prensa la apasionante historia detrás de uno de los proyectos culturales más importantes del departamento. Desde sus humildes comienzos hasta la expansión actual de la escuela, Margall destacó la importancia de la inclusión, la disciplina y la pasión en el mundo del ballet.
La pasión que nació en la infancia
Desde los tres años, impulsada por el deseo de su madre, Mercedes Margall se adentró en el mundo del ballet. "No recuerdo haber aprendido a caminar sin bailar", comentó emocionada. Lo que comenzó como una actividad inocente se transformó en una verdadera pasión que ha marcado toda su vida. Paralelamente, Margall también desarrolló una vocación en el área de la salud, demostrando que las pasiones múltiples pueden coexistir en armonía.
Un proyecto propio que transformó Salto
La Escuela Departamental de Ballet de Salto no nació de la casualidad. Fue fruto de un proyecto personal que Margall propuso a la Intendencia, buscando garantizar que el acceso al ballet no dependiera de las condiciones económicas. Con el apoyo del intendente Andrés Lima y la comunidad, logró abrir las puertas de la escuela en Calle Artigas 781, ofreciendo un espacio con infraestructura adecuada y contención para sus alumnos. Actualmente, más de 225 alumnos, desde los tres hasta los sesenta años, integran la escuela, divididos en diferentes grupos según experiencia y edad. “Sin pañales pediátricos ni geriátricos, quien quiera bailar, puede hacerlo”, afirmó con humor la directora.
Más que ballet: una formación para la vida
Margall no solo enseña danza clásica. Como profesional de la salud, complementa su enseñanza con formación en anatomía, psicopedagogía y autocuidado. "La disciplina, el respeto y el trabajo en equipo son pilares fundamentales en nuestra escuela", explicó. Gracias a esta formación integral, muchos alumnos mejoran no solo en el ballet, sino también en su rendimiento académico y en sus relaciones personales. La rigurosidad también forma parte de la filosofía educativa de Margall. Los estudiantes pueden tener hasta once faltas anuales; de lo contrario, pierden su lugar, dando paso a otros aspirantes. "Es una cuestión de compromiso y respeto por el esfuerzo de todos", señaló.
Inclusión y diversidad en el aula
Uno de los aspectos más destacados de la escuela es su diversidad. Los alumnos provienen de diferentes colegios, barrios y realidades sociales. "Entre todos se entienden, se apoyan y crecen juntos", contó Margall, subrayando el poder del arte para unir a las personas. Adultos que nunca habían practicado ballet también tienen su lugar. "Al principio es difícil, pero es maravilloso ver cómo, clase a clase, logran dominar su cuerpo y ganar confianza", afirmó. La solidaridad entre compañeros es otro de los motores que impulsa a la escuela hacia adelante.
Actividades, presentaciones
La vida en la Escuela de Ballet de Salto no se limita al aula. Durante el año, los alumnos realizan presentaciones que requieren meses de preparación. La muestra de mitad de año en junio y el ballet de repertorio de diciembre son dos hitos que reflejan el trabajo incansable de estudiantes y docentes.
Día Internacional de la Danza
Mañana 29 de abril, en el marco del Día Internacional de la Danza, la escuela organizará una intervención callejera en Calle Artigas a las 19 horas. "La idea es compartir la danza con toda la comunidad. Todos están invitados a bailar con nosotros", invitó entusiasta Margall. La preparación para estas presentaciones implica esfuerzo conjunto: padres que transportan a sus hijos, alumnos que ensayan domingos y feriados, y una conciencia grupal de que "sin ensayar juntos, el espectáculo no sale".
Capacitación continua y expansión de oportunidades
El compromiso de Mercedes Margall con la formación continua también la llevó a buscar oportunidades de perfeccionamiento para sus alumnos y para sí misma. Cada dos años participan en capacitaciones en Florida, donde toman clases con maestros nacionales e internacionales. También mantienen un vínculo constante con el Sodre en Montevideo, tanto para tomar clases como para recibir visitas de docentes. La escuela no solo forma bailarines; también empieza a formar futuras maestras. Este año, dos alumnas egresarán como profesoras, marcando un hito en la historia del proyecto.
Una escuela sin barreras
En un país donde la oferta de formación artística muchas veces se concentra en la capital, la Escuela Departamental de Ballet de Salto representa una bocanada de aire fresco para quienes buscan desarrollar su pasión en el interior. “Acá no importa la política, la religión ni el nivel socioeconómico. Si querés bailar, vení y bailá”, aseguró Margall. La directora también valoró el rol de los medios locales en la difusión de la actividad cultural, aunque reconoció que todavía hay quienes desconocen la existencia de la escuela. "Siempre estamos buscando nuevas formas de llegar a más gente", dijo.
Un mensaje de inspiración
Al finalizar la entrevista, Mercedes Margall dejó un mensaje simple pero poderoso: "Todos somos capaces de bailar. No hace falta tener nada especial, solo ganas y pasión". Con su trabajo incansable, esta salteña no solo enseña pasos de ballet, sino que siembra valores, disciplina y sueños en cientos de corazones.
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