
Muerte de Juan Bosco /
Salesianos recordaron el fallecimiento del actual Santo de la Iglesia Católica
“Al alba del 31 de enero de 1888, Don Bosco moría. A los salesianos que circundaban su lecho les dijo: hagan el bien a todos a nadie el mal. Digan a mis muchachos que los espero en el paraíso”.
Esas fueron las últimas palabras de Juan Bosco antes de morir, según registra el libro de Teresio Bosco con motivo del centenario de la muerte del santo. Juan Bosco constituye la figura de mayor representatividad en la vida de los salesianos y en las hijas de María Auxiliadora, ya que el mismo Don Bosco junto a Madre María Mazzarello, fundaron las hijas de María Auxiliadora que se extendió en apoyo a las muchachas jóvenes. Actualmente cientos de colegios salesianos en todo el mundo, recuerdan al santo con actividades de reflexión, análisis de la realidad y eucaristías.
¿QUIÉN ERA DON BOSCO?
Juan Bosco nació en un caserío de la zona del Piamonte italiano en una localidad llamada I Bechi en la campaña de Turín. Desde niños siempre quiso ser sacerdote y un sueño a los 9 años marcó para siempre su vida. En ese sueño Jesús y María le decían que no era con golpes, sino con amor que debía educar a los jóvenes y transformar sus vidas, algo que a sus 9 años poco comprendió, pero que luego se dio cuenta que aquél sueño le marcaban un camino. Cuando Juan Bosco hablaba todos paraban la oreja porque siempre medio enserio y medio en broma leía el futuro. Se le atribuyen muchos milagros tanto en vida como luego de muerto, lo que lo llevaron a ser declarado Santo.
El 1° de abril de 1934 el Papa Pío XI lo proclamaba Santo, finalizando así el largo proceso de beatificación y canonización, iniciado en Turín el 4 de junio de 1890.
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