Mauricio Arreseigor, “La denuncia no siempre es el punto de partida. Hay que tejer procesos de confianza y conciencia”

El próximo viernes se realizará en nuestro departamento un seminario regional sin precedentes que abordará una problemática cada vez más visible y urgente, la violencia hacia las personas mayores. En La Prensa Streaming el licenciado Mauricio Arreseigor, referente territorial del Instituto Nacional de las Personas Mayores (Inmayores), explicó los alcances de esta iniciativa y por qué es fundamental hablar, actuar y, sobre todo, transformar culturalmente la forma en que nos relacionamos con la vejez.

Un día para tomar conciencia, un espacio para generar cambio

El seminario se enmarca en la conmemoración del 15 de junio, Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, una fecha que busca visibilizar un fenómeno creciente a nivel global. Según Arreseigor, “el Instituto de las Personas Mayores tiene el mandato de promover actividades de formación y sensibilización que llamen la atención sobre esta problemática. En este caso, decidimos dar un paso más: no solo describir el maltrato, sino reflexionar colectivamente sobre las buenas prácticas que pueden erradicarlo”.

La propuesta busca ser más que una jornada académica. Es un espacio de encuentro y escucha, de diálogo entre generaciones y regiones. Por primera vez, Inmayores organiza un seminario regional en Salto, lo que implica la participación activa de departamentos del norte del país y otras zonas como Artigas, Rivera, Río Negro, Paysandú, Tacuarembó y Soriano.

Una convocatoria plural e inclusiva

Lejos de estar dirigida exclusivamente a técnicos o especialistas, la actividad es abierta a toda la ciudadanía. Está pensada especialmente para que participen personas mayores, quienes no solo son las principales afectadas por la problemática, sino también agentes clave en la construcción de soluciones. “Estamos convocando a colectivos de personas mayores, como clubes de abuelos, asociaciones, organizaciones de tercera edad y redes como REDAM o JUSPENSAL. También estudiantes universitarios, técnicos en intervención social y ciudadanos en general”, detalló Arreseigor.

La jornada, que se desarrollará entre las 9 y las 12 horas en el salón 7 del CENUR de UDELAR (Rivera 1350, piso 3), incluirá tres mesas temáticas, una de representantes de la sociedad civil organizada, otra académica con especialistas en el tema y una tercera conformada por técnicos que trabajan en territorio. La entrada es gratuita, aunque con cupo limitado a 180 personas.

El maltrato, una realidad muchas veces invisible

Arreseigor profundizó en los múltiples rostros del maltrato hacia las personas mayores, un fenómeno que trasciende clases sociales, géneros y territorios. “Muchas veces se trata de maltrato psicológico, otras de negligencia, abandono o incluso violencia física. Lo más difícil es que en muchas ocasiones, la persona afectada no denuncia. No porque no lo sienta, sino porque hay miedo, vergüenza y dependencia”, explicó.

Uno de los aspectos más complejos que destacó es que la persona que maltrata puede ser, al mismo tiempo, quien cuida. “Eso genera una ambivalencia muy dura: quien me ofrece cuidado también me lastima. ¿Y si denuncio, quién me cuida después? Esa es la pregunta que muchas personas mayores se hacen. Por eso, no podemos pensar en la denuncia como el único camino. Necesitamos procesos de confianza, de escucha, de acompañamiento”, reflexionó.

Más que palabras: el Estado también debe actuar

Arreseigor fue claro en cuanto a las limitaciones actuales del sistema: “Hoy el Estado brinda atención, pero es escasa, insuficiente. No contamos con los servicios necesarios para responder con eficacia a esta problemática”. Aunque destacó avances institucionales, sostuvo que aún falta mucho por hacer: “Necesitamos recursos, equipos, políticas públicas sostenidas. Y también voluntad para escuchar lo que no se quiere ver”.

El seminario, en este sentido, no solo busca generar conciencia ciudadana, sino también enviar un mensaje a los responsables institucionales. De hecho, durante la jornada estará presente la directora del Instituto Nacional de las Personas Mayores, junto a otras autoridades, lo que permitirá un diálogo abierto entre ciudadanía e instituciones.

La cultura del buen trato como eje transformador

Uno de los conceptos que atraviesa la propuesta es el de la “cultura del buen trato”. Arreseigor lo define como un cambio cultural necesario, que implica no solo evitar el maltrato activo, sino también reconocer formas sutiles de violencia. “Muchas veces creemos que la violencia es un golpe o un grito. Pero también es violento no prestar atención, no dar un medicamento, ignorar una necesidad básica. La inacción puede ser tan dañina como la acción”. La apuesta, por tanto, es a promover una cultura basada en el respeto, la empatía y la implicación. “Todos vamos a ser personas mayores algún día. Nadie está exento de vivir estas situaciones. Tenemos que dejar de pensar que el maltrato le pasa a otros. Nos puede pasar a cualquiera”, advirtió.

Uruguay, un país que envejece rápido y vive más

Otro de los puntos clave del seminario será el envejecimiento acelerado de la población uruguaya. Hoy el país tiene más personas mayores de 65 años que menores de 15, lo que marca un cambio profundo en su estructura demográfica. “Vivimos más años, y eso es una buena noticia. Pero también implica desafíos enormes. Hay personas de 90 años cuidando a hijos de 70, o personas mayores que aún cuidan a padres centenarios. Esa heterogeneidad dentro de la vejez requiere políticas flexibles, adaptadas y humanas”, sostuvo Arreseigor.

Según estadísticas recientes, más del 80% de la población uruguaya alcanzará los 80 años. “Eso significa que podríamos pasar 30 o 40 años en la etapa de vejez. ¿Cómo vamos a vivir esos años? ¿En soledad, en abandono, o en dignidad? Esa es la gran pregunta que nos debemos hacer hoy”, enfatizó.

Un llamado a toda la sociedad

Al finalizar Arreseigor dejó un mensaje claro “La violencia hacia las personas mayores no es un asunto privado, es un tema social. Es nuestra responsabilidad colectiva garantizar una vejez digna y libre de violencia”. El seminario es una oportunidad para comenzar o continuar ese camino. Para escuchar, aprender, proponer y actuar. La invitación está hecha: el viernes, Salto será el epicentro de una conversación urgente, necesaria y esperanzadora.