Días pasados, residentes de zonas cercanas a las localidades de Palomas y Saucedo, trasladaron a LA PRENSA esta inquietud: no hay policías en ninguno de los dos pueblos. Fue entonces que comenzaron las averiguaciones y se pudo saber que ambas localidades no tienen comisaría funcionando.

Comisarías cerradas

“Pero, ¿no hay aunque sea un funcionario?”, fue la pregunta de un periodista de este diario a vecinos de aquellos lugares. Y la respuesta: “No, ninguno, las comisarías están cerradas y cuando se precisa que intervenga la Policía por algo, tienen que venir desde Villa Constitución”.

Por otra parte, fuentes consultadas explicaron que una de esas comisarías está totalmente en ruinas; en tanto la otra, desde hace mucho tiempo no está siendo utilizada por el Ministerio del Interior (Policía) sino por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Incluso, en algún momento circuló el rumor que en uno de esos locales podría instalarse una policlínica, lo que no ha sucedido hasta el momento.

Lo cierto es que se trata de una muestra más, de que los recursos con que cuenta la Policía en zonas del interior del departamento no son los mejores. La población de esos lugares siente preocupación y, como se planteaba ayer por parte de algunos pobladores, se espera que el tema pueda solucionarse a la mayor brevedad posible.

El caso Sarandí de Arapey

Hace unos tres años, el periodista Jorge Pignataro denunció públicamente en otro medio de prensa, que la carencia de funcionarios policiales era notoria en la localidad de Sarandí de Arapey y cercanías. Fue entonces que jerarcas de la Jefatura de Policía de Salto citaron al mencionado cronista para que diera explicaciones de cuál había sido su fuente para brindar tal información. La fuente no fue revelada, pero la veracidad de lo afirmado se comprobó.

Luego, la situación de Sarandí de Arapey fue subsanada. Ahora, si bien los casos de Palomas y Saucedo parecen ser más complejos (sobre todo por lo ya mencionado de falta de comisarías) es de esperar que también surja una solución, por el bien de toda la comunidad.